Tras más de diez intervenciones en el festival de Mérida, el dramaturgo almendralejense Florián Recio (Almendralejo, 1962) estrena por primera vez un texto con su firma. Se trata de Viriato, que desde esta noche y hasta el domingo representará en el teatro romano la compañía extremeña Verbo Producciones.

--¿Cómo es la obra ‘Viriato’?

--Es un drama en el que se muestra el último año de vida del caudillo Viriato. Una historia de amistad y traición, heroicidad y de barbarie, amor y de renuncia. Una obra cargada de emociones, con un coro extraordinario, unos actores inmensos, y una música en directo que dinamiza y acentúa la emoción de lo narrado.

--¿Por qué ha optado por dar conocer la faceta humana del protagonista y no la del héroe?

--Porque vivimos tiempos dramáticos. Tiempos de guerra, de horror, de refugiados, de fanatismo. No es tiempo de mostrar falsos héroes, de ensalzar actos bélicos, de poner el foco sobre grandes hazañas tintadas de sangre. Hay que hablar de la verdad, de los miles de muertos que deja la guerra a su paso. La guerra es siempre un error y una vergüenza para el género humano. Pero este horror lo sienten los hombres de carne y hueso, no los mitos ni los héroes de celuloide.

--¿Qué importancia tiene y qué busca con la introducción del coro en la escena?

--El coro es fundamental. Se les define como Coro de la Vergüenza, porque son el coro de los refugiados, los apátridas, las víctimas inocentes, algo que nos debería avergonzar como especie y como seres civilizados que decimos ser. Pero además del coro, hay un corifeo, un personaje encarnado por la actriz Paca Velardiez, que pone voz al pueblo que sangra, a las madres, a las personas que sienten la guerra como un desgarro. Me gusta especialmente este personaje porque es la voz atemporal, y también por qué no decirlo, el personaje que uso para decir lo que yo mismo pienso acerca de la guerra.

--¿Es una seña de identidad suya tomar un personaje de sus obras para expresas sus ideas?

--Como ya he dicho antes, vivimos tiempos en los que hay que alzar la voz y decir a los que enturbian la vida humana que basta, que ya está bien de fanatismos, de religiones, de fronteras, basta de levantar muros. Su obligación, como líderes y como humanos es unir, no separar. Pero este ideal parece alejarse cada día más. Y es, a mi entender, lo que hay que denunciar. Cada uno a su modo y según sus posibilidades. Con el voto, manifestándose, pataleando. Como sea. Yo lo hago con mis textos.

--Es su primer texto inédito en Mérida. ¿Qué siente, responsabilidad o presión?

-Responsabilidad, mucha. Presión no. ¿Cómo no sentir responsabilidad al saber que el texto de uno va ser representado en el que se ha convertido en el festival de teatro clásico más importante de España y verlo codearse junto a nombres de la categoría literaria de un García Montero, Gala, Camus, Conejero, Pep Antón? Como para echarse a temblar. Pero, por otro lado, tengo la tranquilidad de trabajar junto a profesionales increíbles. Paco Carrillo es un maestro, a su lado uno nunca camina a oscuras. Al igual que el elenco de actores, de los que sé que por muy raquítico y enclenque que sea mi texto ellos lo hacen brillar.

--Tras sus éxitos anteriores, ¿qué espera de ‘Viriato’?

--Ojalá guste y se pueda exhibir por toda España, como ya pasó con Los Gemelos, El Cerco y con Los Pelópidas. Pero también me gustaría que fuera mi granito de arena para hacer reflexionar en la importancia de espantar a la guerra de nuestro horizonte.