Dos leyendas del cine francés, Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, vuelven a encontrarse en la pantalla gracias a un viejo amigo, André Téchiné. La película Les temps qui changent se presentó ayer en la Berlinale dentro de la sección competitiva. Es un drama romántico que describe la pasión de un hombre maduro por una mujer de su edad, 30 años después de haber finalizado su juvenil relación. El encuentro es en Tánger, donde ella vive con su esposo, y donde él acude por motivos profesionales, aunque el verdadero objetivo del viaje es reiniciar su idilio con la antigua amante, que se queda perpleja con la inesperada visita.

Un planteamiento no muy habitual, que Téchiné, que también ha participado en el guión, va desarrollando con firmeza y sin perder nunca de vista la entidad de los actores que encarnan a los protagonistas. Son unos personajes hechos a la medida de Deneuve y Depardieu, aunque choca un poco ver al corpulento actor francés como a una persona sumamente frágil, que implora el amor de su exnovia.

MUJER FUERTE "Reconozco que este personaje de mujer fuerte se me parece. Téchiné me conoce bien y ha puesto detalles míos en esta mujer. No es que sea igual de un modo total, pero sí tiene aspectos de mi carácter", dijo ayer Catherine Deneuve con su belleza y elegancia proverbial. Sus primeras palabras fueron para excusar la presencia de Depardieu por estar en un rodaje.

En su penúltimo filme, Lejos (Loin), Téchiné se centraba en Tánger. Ahora ha vuelto a esta ciudad: "Tánger es una zona fronteriza entre Europa y Africa y por eso me fascina".