--¿Cuál es su rincón favorito de Extremadura y por qué?

--Guadalupe. Se respira la tranquilidad y la armonía necesaria para el equilibrio emocional como retiro espiritual en medio de una vida agitada y llena de actividad e ilusión en la urbe.

--¿Qué producto de la gastronomía extremeña prefiere?

--El jamón ibérico. No sólo tiene un extraordinario y delicado sabor, además es sano, "un olivo con patas", decía Grande Covián. Pocos alimentos como el ibérico cumplen 4 condiciones fundamentales: ser sanos, nutritivos, ricos y de fácil digestión. Un menú completo incluiría además unas migas al desayuno, un revuelto de trigueros y un solomillo de ibérico en la comida y de postre una torta del Casar. Para cenar una sopa de almendras y una ensalada de perdiz. Dos dulces: bombón de higo de Almoharín y turrón de Castuera

--¿Qué no debería perderse alguien que visite Extremadura?

--El casco antiguo de Cáceres. Un paseo nocturno en primavera, con los edificios iluminados y la tranquilidad de no ser molestado, bien acompañado y, completándolo, una entretenida y relajada conversación con el tañido de las campanas de fondo.

--¿Hay algún lugar que le haya marcado?

--La dehesa extremeña: ofrece un paisaje típico, excepcional y único. Rompe con el tópico de la Extremadura seca y marrón.

--¿Qué actividades disfruta en la naturaleza durante su tiempo libre?

--Deportes: Disfruto del tenis, del golf y de largos paseos en bicicleta. Algo muy especial, pero por desgracia poco frecuente, una travesía en moto de agua en el Tajo aguas arriba es una experiencia verdaderamente incomparable. Desde un punto de vista cultural disfruto de la lectura y la fotografía.

--A qué evento de la región invitaría a un amigo?

--Espectáculo culto: el festival de teatro de Mérida. Espectáculo popular: la "encamisá" de Torrejoncillo. Visitas obligadas: Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y los zurbaranes de Guadalupe.

--¿Cuáles son los principales atractivos de Extremadura?

--Una naturaleza que transmite paz y sosiego con Monfragüe, el valle del Jerte, la Vera, las Hurdes, la dehesa, los cerezos en flor- y sin contaminación ambiental ni urbanística. Una gastronomía variada y suculenta. La historia y sus manifestaciones artísticas... Pocas tierras en la península ibérica y en Europa en general permiten, sin agobios, sin prisas, sin empujones, sin colas, sin estrés, disfrutar plácidamente del tiempo y de la naturaleza.