Andar y desandar para volver al pasado desde la sabiduría del presente. Eso activa a Pedro Almodóvar que, por muchas razones, titula Volver su nueva película, la más personal e intimista de toda su carrera. Con ella, emprende un viaje emocional que le lleva a su propia niñez y a la esencia de sus primera películas. Este rodaje, que comienza el 18 de julio, significa la conciliación con Carmen Maura tras 17 años de distanciamiento, el retorno al universo femenino y el reencuentro con ese mundo de rituales sobre la muerte que de niño observaba fascinado desde el patio de vecinos de un pueblo de La Mancha.

"Allí me inicié como espectador. Ante mí pasaba la vida en directo", recuerda el director manchego, que con este relato "nada fúnebre" sobre la cultura de la muerte quiere rendir tributo a la memoria de su madre. "La tengo de nuevo presente. Gracias a esta película, entablo un diálogo interno con ella". Ese realismo mágico llega con el personaje de Carmen Maura, una abuela que anda con bata y alpargatas. Es un espíritu. Vuelve del más allá para hablar con sus hijas (Penélope Cruz y Lola Dueñas). "Mi madre contaba que mi abuelo muerto volvió para arreglar asuntos pendientes. Pues su personaje hace lo mismo. No puede irse con sus secretos".

SECRETOS Y PREJUICIOS Ello conlleva que las situaciones cómicas se entremezclen con el drama que viven unas mujeres que apenas logran sobrevivir en el trasvase hacia la gran ciudad. "Es lo opuesto de La mala educación . Realmente no sé hacer una comedia sobre hombres. No puedo utilizar el humor cuando hablo de mí mismo. El universo femenino esconde más secretos, es más interesante y tiene menos prejuicios".

Con Volver retoma la comedia dramática. "Es un Indiana Jones de aventuras domésticas", declara. Carmen Maura vive el reencuentro con Almodóvar con enorme ilusión: "Siento la misma conexión. Es como si no hubiera pasado el tiempo", afirma.