Desde el palacio de los Papas, en el Quirinale de Roma, a la prisión de Potenza. Víctor Manuel de Saboya, heredero de la monarquía italiana, suprimida en 1946, ingresó en la madrugada de ayer en la cárcel de aquella ciudad sureña acusado de ser un presunto malhechor, de haber corrompido a funcionarios públicos y de haber organizado un burdel ambulante. Junto con él, han sido encarceladas otras 12 personas. También están siendo investigados el hijo de Víctor, Manuel Filiberto, y el exrey de Bulgaria, Simeón.

Este último habría supuestamente recibido dinero por algunas contratas del sector hospitalario y telefónico de Bulgaria, cuando era primer ministro. Algunos miembros de Cosa Nostra, la mafia de Sicilia, también habrían formado parte de la presunta organización criminal.

SOBORNOS De acuerdo con la orden de arresto, firmada por el fiscal Henry John Woodcock, italiano hijo de padre británico, la supuesta organización se dedicaba a conseguir permisos legales, del monopolio estatal, aunque con sobornos, para máquinas tragaperras destinadas al casino de juego de Campione d´Italia, un enclave en territorio suizo. De allí, las máquinas eran vendidas ilegalmente a varios países del Este y de los Balcanes. En dicho enclave italiano, la mafia compró hace años varias propiedades inmobiliarias y desde hace tiempo se ha cebado con el casino de juego. A los clientes recomendados, la organización presidida --según reza la orden de arresto-- por el líder indiscutible, Víctor Manuel, les ofrecía un paquete todo incluido, que comprendía las prestaciones sexuales de prostitutas de los países del Este europeo, que contrataba la organización.

La banda también se dedicaba a manipular las fichas electrónicas de las máquinas tragaperras para disminuir los premios y, además, traficaba con material sanitario, destinado a hospitales construidos o por construir por los afiliados. Además de malhechor, corruptor y proxeneta, el príncipe y sus cómplices están acusados también de cohecho, falsificación de documentos oficiales, blanqueo de dinero y complicidad. El arresto del último príncipe de los Saboya, nacido en 1937 en Roma y exiliado en Suiza, donde residió hasta el 2003 tras la proclamación de la República, tuvo lugar en la noche del miércoles.

La escena de la detención se produjo de forma discreta, cuando el noble se disponía a presidir una velada de beneficencia y después de haber regalado una campana a una iglesia de Como.

La orden de arresto se formalizó a primeras horas de la madrugada de ayer, pero la noticia no trascendió hasta la noche, cuando los familiares de Víctor Manuel se enteraron por los informativos de la televisión.