Los pilotos de la escudería Williams, el alemán Ralf Schumacher y el colombiano Juan Pablo Montoya, obtuvieron el doblete en el Gran Premio de Europa, disputado en el circuito alemán de Nurburgring, en el que Fernando Alonso logró un sensacional cuarto puesto.

El piloto asturiano tardará en olvidar este cuarto puesto después de un final de carrera de infarto, en el que primero el británico David Coulthard y luego el quíntuple campeón del mundo, el alemán Michael Schumacher, han fallado en sus objetivos de intimidarle.

Después de su segunda y última parada para repostar y cambiar neumáticos, Fernando Alonso salió justo por delante de Coulthard y comprobó que las ruedas traseras no funcionaban bien y el coche patinaba mucho.

ACOSO DE COULTHARD

Desde la vuelta 41, de las 60 de que constaba la carrera, hasta la 57 el asturiano tuvo a Coulthard a medio segundo, metiéndole el coche en cualquier parte del circuito para adelantarle o ponerle nervioso para que fallase.

Sin embargo, era Coulthard quién los cometía y en un par de ocasiones se pasó de frenada al final de la recta de meta, dando un respiro a Alonso. A cuatro vueltas del final, el asturiano anticipó la frenada al acercarse a la variante. La maniobra sorprendió a Coulthard, que se desplazó a la derecha para no colisionar, y, al poner las ruedas fuera de la pista, dio un trompo que le dejó fuera de carrera.

A pesar de que a falta de dos vueltas para el final de carrera Alonso contaba con seis segundos de ventaja sobre Schumacher, éste, conocedor de sus problemas, forzó la marcha y ambos entraron juntos en la última vuelta en la variante, pero el asturiano, a pesar de que el piloto de Ferrari casi le golpea por detrás en la última curva, logró cruzar la línea de meta en una gran cuarta plaza.

La carrera se había puesto de cara para Alonso desde la salida, en la que superó, como esperaba, al Toyota del francés Olivier Panis, y podría haber ganado mas puestos si no le hubiera taponado su compañero de equipo, el italiano Jarno Trulli, con el que intercambió posiciones en la parte nueva del circuito, para quedar definitivamente detrás de éste.

En su primera parada para repostar y cambiar neumáticos, los mecánicos le cambiaron los reglajes del alerón delantero, porque el coche se le iba de morro, le había dado un susto en la segunda vuelta, y cuando se incorporó a la pista lo hizo justo delante de Trulli y Coulthard.

Luego vendrían los problemas tras la segunda parada por los neumáticos traseros defectuosos y al final la alegría de haber luchado de tú a tú con dos pilotos experimentados como Coulthard y Schumacher, sin que lograran adelantarle.

La jornada fue negativa para Mclaren-Mercedes ante su público y muy positiva para Williams con su doblete.