Ni Ferrari ni Fernando Alonso sueltan prenda, pero es un secreto a voces que el asturiano recalará en Maranello la próxima temporada. El sacrificado será el finlandés Kimi Raikkonen. Por eso sus representantes, Steve y David Robertson --padre e hijo-- se han personado este fin de semana en Nürburgring (rara vez se dejan ver en un gran premio) para empezar a buscarle alternativas a su mejor cliente. Han ido a la puerta de Brawn GP y les han dicho que sí, perfecto, pero que no hay dinero.

De hecho la escudería acaba de solicitar un adelanto a Bernie Ecclestone sobre los derechos comerciales del año que viene para poder acabar la temporada. También se reunieron con los jefes de Toyota. En uno u otro lado no se acercaría ni de lejos a los 30 millones de salario anual que ahora disfruta Iceman. Incluso, desde el grupo FIAT, se le ofrece al finlandés la posibilidad de ser piloto oficial con un Super 2000 para el Mundial de Rallys.

PREPARANDO EL TERRENO Mientras Raikkonen busca equipo en F-1 o en rallys, Alonso prepara su aterrizaje en la fábrica de Maranello. Las negociaciones actuales son temas menores, del tipo cuándo podrá vestirse de rojo: a partir del 1 de enero, cuando acaba su contrato con Renault, o tras finalizar la última carrera del Mundial-2009 en Abu Dabi (1 de noviembre). Ese es un asunto entre Flavio Briatore y Luca Cordero di Montezemolo.

Mientras, la pole fue para Webber, la primera en ocho temporadas en F-1 (129 carreras disputadas). Alonso saldrá duodécimo. Y él, pensando en Ferrari.