La final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Madrid (19.00 horas, La 2) deparará el esperado gran clásico del baloncesto español y que ambos equipos vuelvan a enfrentarse en la final del torneo después de tres temporadas. La última vez que madridistas y blaugranas se disputaron el título fue hace tres campaña cuando Málaga acogió en el 2007 la fase final. Anteriormente, en 2001, también hubo una final entre los dos equipos.

Tanto en el 2007 como en el 2001, el Barcelona se llevó el título. El Madrid tiene en Bilbao la oportunidad de poner fin a una sequía de 17 años en los que no ha ganado la Copa del Rey.

DECISIVOS VAZQUEZ Y RUBIO El Barcelona se impuso en su semifinal por 64-72 a un batallador Valencia, frente al que cumplió los pronósticos no si tener que trabajarse mucho la victoria. El equipo de Xavi Pascual, no obstante, fue mejor que su rival en el cómputo final del encuentro, en el que destacaron sobremanera entre los blaugrana Fran Vázquez (16 puntos) y Ricky Rubio (14 puntos), ambos con 19 de valoración final.

El pívot gallego fue, no obstante, quien marcó las diferencias sobre la cancha, donde se impuso a los pívot valencianos en el primer cuarto y entre el tercero y el cuarto, protagonizando los mejores minutos de su equipo.

El base catalán, que apenas jugó en la primera parte por cometer dos faltas en los tres primeros minutos, apareció en la segunda para ayudar a Vázquez a doblegar a un Valencia en el que los jugadores interiores, Nielsen (19 puntos), Lishchuk y Perovic (14), amenazaron con amargarle la tarde al Barcelona, aunque la solidez blaugrana fue vital para lograr la victoria, a pesar de que en el tercer cuarto los valencianos llegaron a ponerse por delante en el marcador.

AVASALLADOR MADRID En la otra semifinal, el Madrid pasó por encima del Caja Laboral (50-78) en un duelo que siempre llevaron de cara los de Ettore Messina y que nunca vieron peligrar. El partido fue una demostración de la variedad y calidad de recursos que gestiona el técnico madridista y que también supo aprovechar la ausencia del mejor jugador de los vitorianos, Tiago Splitter.

El Madrid marcó un alto ritmo en ataque y defensa que la plantilla vitoriana nunca pudo seguir. Salvo en el inicio del segundo cuarto, la iniciativa siempre correspondió a los blancos, y con ventajas por encima de los diez puntos.

Messina diseñó un plan cargando el juego interior para castigar a Barac. Lavrinovic no encontró oposición y fue el jugador determinante para los blancos con 21 puntos. Además contó con el apoyo de Kaukenas, quince puntos, para hundir al Caja Laboral.

Además, los vitorianos tiraron por la borda la posibilidad de mantenerse en el partido con un nefasto segundo cuarto, donde sucumbieron a la defensa blanca con un concluyente parcial de 9-23. Para agrandar un poco más la brecha en los diez minutos finales otro 7-17 dispararon la renta a los 28 puntos finales que dan confianza al Real Madrid.