No perder en Palencia por la diferencia escandalosa que llegó a vislumbrarse en la primera parte sirve de motivo de esperanza para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad. La cosechada ante el Quesos Cerrato fue la sexta derrota seguida, un 78-60 que casi se ve como un mal menor teniendo en cuenta el desarrollo del choque.

Ñete Bohigas calificó los 20 primeros minutos como "realmente malos, no solo porque nuestro porcentaje de tiro fue paupérrimo, incluso tirando en posiciones cómodas. Nos han metido muchos puntos en situaciones de contraataque". El entrenador del Cáceres reconoció sentir "impotencia" porque "no éramos capaces de competir como lo hacemos durante la semana y eso es muy frustrante". Pero habló también de un "cambio sustancial" tras el descanso, "tirando más de orgullo que de baloncesto".

"Con eso me tengo que quedar. Por lo menos no nos dominaron en todas las facetas del juego. El único camino para quitarnos la presión es el trabajo, pero mantenerlo durante más tiempo", apostilló.