La plantilla del Díter Zafra se ha cansado de escuchar promesas y ha pasado a la acción. La huelga que ha iniciado esta semana, consistente en dejar de entrenar, aunque seguirán jugando (hoy mismo, ante el Ciudad de Plasencia), no va dirigida, como es habitual en el fútbol, contra la directiva, sino contra el ayuntamiento de la capital segedana, que adeuda al club las subvenciones de la pasada temporada y de ésta. Ello ha dado pie a que los futbolistas lleven ya cuatro meses sin cobrar y que incluso haya quien todavía tenga pendientes de recibir nóminas del pasado año.

El presidente, Antonio Martínez Doblas, y el entrenador, Angel Marcos, apoyan incluso las medidas de presión. "Son ya muchas promesas; los directivos estamos poniendo dinero y en el ayuntamiento no quieren saber nada de nosotros; mejor que nos lo hubieran dicho antes", se lamenta Martínez Doblas, quien dice que Zafra corre el peligro de quedarse sin equipo de fútbol al final de temporada y que, en ésta, será complicado afrontar el final.

El técnico se manifiesta en similares términos. "Los chavales lo están dando todo", dice, para recordar que el Díter es actualmente segundo clasificado del grupo extremeño de Tercera. Además, tanto entrenador como presidente se quejan de la desidia municipal en el mantenimiento del campo. "Ni siquiera hacen nada en él y somos nosotros los que tenemos que arreglar todo", apunta Marcos.