CÁCERES CB - 84: Kevin Pritchard (26), Juan Méndez (4), Miguel Angel Reyes (8), Antón Soler (0), Lance Berwald (23) --cinco inicial-- Jordi Freixanet (0), César Portillo (6), Enrique Fernández (8), Gabriel Abrines (9).

MARBELLA JOVENTUT - 78: Rafa Jofresa (8), Jordi Villacampa (10), Mike Smith (3), Corny Thompson (9), Juanan Morales (7) --cinco inicial-- Joe Kopicki (4), Tomás Jofresa (14), Harold Pressley (6), Ferrán Martínez (8), Dani Pérez (9).

ARBITROS: Neyro y Arteaga. Eliminados: Reyes y Morales.

INCIDENCIAS: Primera jornada de la Liga ACB 92-93. 19 de septiembre de 1992.

Sucedió justamente hoy hace 20 años, a eso de las seis y media de la tarde. El balón fue lanzado al aire por el fallecido Juanjo Neyro y Mike Smith y Lance Berwald saltaron a por él. Dos décadas del primer partido ACB en Cáceres. Es un momento ya lejano, pero inolvidable para las 5.000 personas que abarrotaron aquel día el Pabellón V Centenario.

Aquel Cáceres CB-Marbella Joventut acabó de la mejor manera posible para los locales: un histórico triunfo (84-78) que abría once temporadas en la máxima categoría del baloncesto nacional. Desde luego, no todo fue un sueño maravilloso en aquella campaña, salvada in extremis en el quinto partido del 'playoff' de permanencia en Lliria. Pero ganarle al entonces campeón liguero, que exhibía una plantilla cuajada de estrellas, supuso un impulso notable, la continuidad de la euforia que se levantó el 10 de mayo con el ascenso.

La intrahistoria de aquel encuentro no fue tan idílica. En los días previos la tensión era soterrada en un club que crecía exponencialmente, con una velocidad propia de quien pasa en unos meses de estar en Segunda División --la actual LEB Plata-- a la ACB. Martín Fariñas, el entrenador del ascenso, no se encontraba cómodo con algunas cosas que ocurrían.

Para empezar, el equipo apenas había podido entrenar en el escenario de sus partidos. El pabellón universitario había sido reformado apresuradamente durante el verano para poder reunir los requisitos mínimos que exigía la competición. Sus escasos ensayos se produjeron en medio del ruido que generaban los trabajadores.

Alrededor de Pritchard

Tampoco el aspecto deportivo terminaba de cuadrar. La pretemporada había tenido pocos momentos brillantes, incluyendo una amplia derrota ante el Caja San Fernando en uno de los pocos tests ante equipos de la misma categoría. Por si fuera poco, la gran estrella del equipo, Kevin Pritchard, arrastraba problemas físicos y en un amistoso ante el Caja Badajoz, el Día de Extremadura en Trujillo, había sido descalificado por pelearse con un contrario. Otras piezas como César Portillo no convencían a Fariñas, que optó por dar la titularidad el 'día D' a Antón Soler como pareja de Berwald en el interior.

Ajena a ello, la afición local generó un ambiente de tremenda electricidad en el ambiente. Probablemente el aforo de 5.000 se excedió: en aquel atípico pabellón poblado de gradas supletorias había personas en los pasillos, en los vomitorios, de pie... A Mike Smith le cupo el honor de ser el primero en anotar en el V Centenario. El Cáceres, visiblemente nervioso, tardó dos minutos y medio en dar con la canasta rival. Fue Pritchard, que se acabaría convirtiendo en el gran protagonista del choque.

Por la cuestión del nuevo pabellón, el equipo no había podido ser visto aún en Cáceres. Su base norteamericano era una incógnita, pese a su buen currículum universitario con Kansas y haber pasado, aunque fuese de forma sucinta, por la NBA. El juego que desplegó ante el Joventut le convirtió automáticamente en una de las sensaciones de la liga: 26 puntos (6/11 en tiros de dos, 2/4 en triples y 8/9 en tiros librs) para torturar a los hermanos Jofresa. Rafa y Tomás eran entonces bases de la selección española.

Pritchard fue clave en el despegue en los siguientes minutos. Del 0-5 se pasó al 18-11 y los tiempos muertos de Lolo Sainz no surtían efecto. Una racha anotadora de Gabriel Abrines dejó el 44-35 al final del primer tiempo.

Al segundo no le faltó dramatismo. Pese al dominio que Berwald ejercía de los tableros (acabó con 23 puntos y 12 rebotes) y de una máxima ventaja de 14 puntos (57-43), el Joventut no iba a rendirse fácilmente. A falta de 1:34 llegó a ponerse 75-73, pero los extremeños mantuvieron la calma y sentenciaron desde la línea de tiros libres. La última imagen del choque --imposible que fuese más expresiva-- fue un apoteósico tapón de Pritchard a Rafa Jofresa.

El resultado hay que contextualizarlo. Ahora el Joventut está en la clase media de la ACB, pero entonces era el campeón y meses después conquistaría su única Euroliga. Tenía un grupo de jugadores en la cima de sus carreras: los Jofresa, Jordi Villacampa, Ferrán Martínez... y cuatro de los mejores americanos que han pasado por España, Corny Thompson, Harold Pressley, Joe Kopicki y el nacionalizado Mike Smith.

Los jugadores del Cáceres tuvieron que salir dos veces a la pista para saludar a un público que se negaba a marcharse al tiempo que se frotaba los ojos. La angosta zona de vestuarios y prensa se convirtió en un hervidero minutos después. "El triunfo ha sido totalmente justo y sin reparos", acertó a decir Lolo Sainz. "Mi equipo, al contrario que el Cáceres, solamente ha luchado los últimos 7 u 8 minutos", añadió.

Fariñas, que acababa de vivir el primer partido de toda su carrera con chaqueta y corbata, apareció poco después con su habitual aire mesiánico. "Pritchard es un monstruo, pero sin los otros cuatro hubiese sido imposible ganar. Si ganábamos al Joventut era un milagro. Esto se ha producido y espero que a ver si entre todos seguimos haciendo de este año maravilloso". Doce partidos después era destituido: ya se sabe que en el deporte cualquier presente se convierte automáticamente en pasado. Glorioso muchas veces, pero pasado.