Hoy hace justamente tres años cambió el rumbo de la historia para el baloncesto femenino extremeño. Un triunfo del Al-Qazeres ante el Campus Promete, el club anfitrión, en el mismísimo Logroño (56-68) dio paso a la euforia. Al ascenso a la élite. A la Liga Femenina. Al orgullo. Al éxito del deporte extremeño, uno de los mayores que se han escrito jamás, aunque se haya repetido después.

El equipo no pudo celebrarlo con toda la gente que hubiera querido, al haber sido fuera del calor del Serrano Macayo, pero el día siguiente sí lo haría ya en Cáceres, orgulloso todo el plantel. Jara Salgado, la capitana, no volvió a jugar en el equipo debido a una lesión, pero sin duda tiene el mejor recuerdo de aquellas fechas.

«Fue un gran día para nosotros, para todos». Alberto Montes era entonces el presidente. Él, como el actual máximo dirigente, Alfonso Sánchez, revive el momento con orgullo. No puede ser de otra manera. Y eso que en todo este tiempo se ha seguido haciendo historia, pese al doloroso descenso de hace dos temporadas. Todo se compensó después: En la campaña recientemente terminada, se ha ido más allá, después de otro ascenso en la anterior. En esta ocasión ha habido hasta participación en la Copa de la Reina, otro hito, sin duda, para el club.

¿Y ahora, qué? El equipo de Jacinto Carbajal disfruta de la postemporada con la satisfacción del deber cumplido. El técnico, pendiente aún de su renovación, salvo cambio inesperado, seguirá al frente. Y con él algunas de las jugadoras que tan buen resultado han dado a lo largo de este año.