ESPAÑA: Casillas; Míchel Salgado, Marchena, Puyol, Del Horno; Joaquín, Albelda (Xavi Alonso, m.58), Xavi (Baraja, m.73), Reyes; Raúl, Fernando Torres (Luque, m.53).

BELGICA: Peersman; Deflandre, Kompany, Van Buyten, Deschacht; Buffel (Dufer, m.79), Clement, Bisconti (Doll, m.60), Goor; Mpenza (Huysegems, m.73), Sonck.

GOLES: 1-0: m.59: Luque. 2-0: m.63: Raúl.

ARBITRO: Kim Milton Nielsen (Dinamarca). Expulsó a Deflandre, por doble amonestación, la primera por una entrada y, la segunda, por protestar esa acción (m.29) y a Bart Goor, por escupir a Xavi (m.73).

La selección española, con intermitencias en su juego y favorecida por las expulsiones de Eric Deflandre y Bart Goor, logró una victoria sobre Bélgica con la que recuperar el ánimo, que le devuelve la confianza en el futuro y le envía a lo alto del grupo 7.

El joven equipo que presentó Luis Aragonés (24 años de promedio), alternó momentos brillantes con ausencias, pero logró un triunfo que le permite reafirmarse en la idea de que no ha escogido el camino erróneo.

Fue un cuarto de hora inicial de buen juego, con un punto de sobreexcitación, en el que la selección española mostró una apuesta valiente, con la defensa adelantada, Reyes y, sobre todo, Joaquín bien abiertos a las bandas, y Xavi magistral dirigiendo.

Pero Bélgica aumentó la presión, fue a buscar más arriba al rival y, sobre todo, ajustó el marcaje sobre el centrocampista del Barcelona. Suficiente para acabar con la euforia española.

La selección belga, que había avisado de su facilidad para montar el contragolpe por medio de Wesley Sonck y Mbo Mpenza, no pasó demasiados apuros, pese a lo cual, España pudo reclamar un penalti de Van Buyten sobre Reyes (m.19).

La expulsión de Eric Deflandre, que en un minuto se ganó dos tarjetas, ofreció más espacio al conjunto español, activó a Reyes, pero no se concretó en gol alguno, pese a que Torres volvió a quedarse solo ante la meta (m.40), pero no acertó a rematar.

CAMBIO CLAVE Fue su última ocasión, porque Luis Aragonés le sustituyó por Luque, al comienzo del segundo tiempo, cuando el juego español languidecía y Bélgica comenzaba a pensar en la posibilidad de adelantarse.

Sin embargo, un error del mejor jugador belga, el joven central Vincent Kompany, que hasta entonces había estado perfecto en el marcaje y la salida del balón, reanimó al equipo español. Kompany muestra tal suficiencia sacando el balón jugado que asusta hasta a sus compañeros, porque le obliga a ser infalible. Con 18 años es difícil serlo y, su primer error al borde del área, propició un pase de Reyes a Luque que el deportivista, libre, no desperdició (m.59).

Fue decisivo, porque Bélgica se precipitó al abismo. Cuatro minutos después, dejó a Raúl solo dentro del área para que rematase de cabeza a gol un pase de Míchel Salgado, y, casi acto seguido, Bart Goor se ganó la roja directa por escupir a Asier del Horno. España supo, entonces, que había ganado el partido.