"Tiene condiciones para hacer historia". Lo dice su entrenador, el cacereño Jerónimo Bravo. Zersenay Tadese, Zerse , es un tipo carismático, diferente.

El espíritu de Zerse , el cuarto de siete hermanos, es, dicen, impresionante. Se entrena un 60 por ciento en escenarios de atleta popular , entre la Casa de Campo, el estadio de Vallehermoso y un polideportivo municipal. El otro 40 por ciento en su país natal, en un medio teóricamente hostil, con una pista llena de agujeros y pierdas, con las curvas bien provistas de aristas, donde las zapatillas de entrenamiento no le duran más de 20 días. Así lo contaba la Agencia Efe en un perfil que le realizó al poco de proclamarse campeón del mundo de cross, el pasado mes, venciendo al gran Bekele.

Jerónimo Bravo y su madre deportiva , Julia García, han llevado con mimo su carrera. Bravo vio en él una joya en potencia cuando le vio clasificarse en el puesto 30 en el Mundial de Dublín del 2002, con unas enormes zapatillas, varios números por encima de su talla y cuando apenas llevaba ¡un mes! como atleta.

A Zerse le ha privado el fútbol (admira al inglés David Beckham) y, especialmente, el ciclismo, en el que llegó a destacar en carreras cortas, de 30 a 50 kilómetros, hasta que soñó con correr en algún gran equipo europeo. La primera invitación para correr a pie se saldó con un triunfo, y ahí comenzó un camino que puede terminar en su verdadero sueño: convertirse en campeón olímpico de maratón.

"Está en formación, tiene margen de mejora, es joven y este año ha sido el más completo en cuanto a calidad de entrenamientos. Lleva cinco años en el atletismo y corre muy económico", destaca el entrenador, que ya ha reiterado en este diario que su gran aspiración del domingo está en su mano: "Si no supiéramos que puede lograrlo, no lo intentaría".

El sucesor de Bekele sabe bien de los grandes placeres. Es un enamorado del marisco y del jamón ibérico (que ayer no soltaba) "y con un buen plato de gambas y cigalas hay muy pocos que le alcancen". Y todo, pensando en el domingo... para darse el mejor festín.