En apenas 24 horas, el mega proyecto del Extremadura UD en Segunda B ha pegado un volantazo casi de 180 grados. La calle Colombia de Almendralejo cobró ayer más vida que nunca con un ir y venir de aficionados, entrenadores y periodistas para ver primero la despedida de Sabas y, poco después, la presentación oficial de Agustín Izquierdo.

Dicen que en la vida nada pasa por casualidad. Sabas esperaba su despedida en una sala junto a una empleada del club, su hijo y con un libro entre manos titulado ‘¿Quién dijo rendirse?’. Es el escrito por su buen amigo José Antonio Martín Otín ‘Petón’, compañero de COPE y de sentimiento atlético, donde homenajea a Carlos Matallanas y su lucha contra la ELA. En estas convulsas horas, Sabas ha luchado por su profesionalidad, cuestionada en ciertos entornos. Su salida del club, opiniones al margen, ha sido más que caballerosa. Ejemplar. «Lo conseguido no es fruto de la casualidad, sino gracias a una gran profesionalidad de la plantilla, un gran vestuario y un enorme trabajo del cuerpo técnico. Que quede claro que me he dejado la club por este piel».

Sabas, que ha conectado a las mil maravillas con la masa social del Extremadura, ha sentido el arropo de la afición en estos duros momentos. Fue elegante al declarar que prefería que las explicaciones las diera el club y, cuando todos esperaban la gran rajada del año, espetó: «No es mi estilo».

Durante su despedida, pese a su apariencia rocosa y dura, flojeó y soltó algunas lágrimas: «no me gusta llorar, pero hay veces que uno se derrumba», murmulleó antes de romper. «Es una decisión del club. Deseo suerte al nuevo entrenador y a la entidad para que consiga los objetivos». Sabas se levantó, apretó su libro del brazo, se despidió de los periodistas y salió por última vez del Francisco de la Hera. Nadie de la directiva le acompañó.

Explicaciones / Por la tarde el presidente, Manuel Franganillo, dio la visión del club sobre esta decisión: «es una decisión delicada porque hablamos de una persona entrañable que ha hecho una magnífica labor. No es plato de buen gusto tomarla, pero creemos que es lo mejor para la entidad. Entendemos que ha habido un deterioro en la comunicación una falta de confianza mutua: del entrenador al proyecto y de nosotros al entrenador».

Franganillo dijo que era «el momento adecuado» para tomar la decisión y no cree que haberla hecho en mayo hubiera cambiado el humor de la afición, de la que comentó que «es entendible su malestar y la respetamos, pero que entienda que hacemos lo mejor para el club».

El grupo de responsables del Extremadura no confía en el trabajo de Sabas desde hace tiempo. Incluso desde partidos de la segunda vuelta del campeonato pasado. Las continuas declaraciones exigiendo defensas y el choque de criterios en algunas decisiones han sido los argumentos que el club ha añadido a la desconfianza ya señalada.

El terremoto del cambio de técnico ha tenido su epicentro en las redes sociales, donde los aficionados del Extremadura han exigido explicaciones más convincentes a sus dirigentes. Algunos jugadores como Willy, Aitor, Zamora o Hume han dejado mensajes de apoyo a Sabas en sus redes sociales. El madrileño podrá entrenar esta temporada si encuentra equipo, ya que el Extremadura aún no había tramitado su ficha ante la RFEF.

MOTIVADO / Pasadas las 18.00 horas se sentaba en la misma silla de Sabas su relevo, Agustín Izquierdo, que abre su segunda etapa al frente del primer equipo. En las dos anteriores (en Tercera) se quedó a un gol del ascenso en el último partido, perdiendo tres finales. «No se me olvida cómo salí llorando junto a mis hijos de aquel encuentro. Ahora estoy más que convencido de mis posibilidades y mis capacidades y quiero darle al club y a esta afición lo que creo que se merece. Me dejaré el alma por conseguirlo».

Posiblemente ha sido el Agustín Izquierdo más agresivo verbalmente que se haya visto en Almendralejo, lejos de la prudencia y valiente ante la responsabilidad. «Sé el equipo que tengo entre manos. El objetivo está más que claro y no nos vamos a engañar. Trabajaré para sacarle el mayor rendimiento al plantel». Cuestionado ante la poca confianza que genera su fichaje en algunos seguidores, Izquierdo fue tácito: «respeto todas las opiniones. Ahora sólo queda trabajar para cambiarlas. Es un reto que no podía rechazar.

Se abre la segunda era Izquierdo cuando nadie lo esperaba. El Extremadura tiene ahora 20 días para corregir una maniobra que será difícil de olvidar.