Los dos equipos extremeños de División de Plata de fútbol sala se van de vacaciones con una parte de los deberes hechos, pero otra por hacer. La plantilla de la AD Extremadura Cáceres 2016, que va séptima, lleva descansando desde el pasado domingo, algo que no le ha gustado mucho a su entrenador: "Teníamos que haber entrenado lunes y martes, porque así lo habíamos planificado, pero con la victoria el presidente nos ha dado vacaciones anticipadas. Ahora todo es alegría, pero el trabajo hay que hacerlo", comenta Nano Maroño. Por su parte, el técnico del Extremadura Delta Badajoz, David Serrano, ha tenido recluidos a sus pupilos hasta el pasado martes, consciente de que hay mucho trabajo por hacer en la segunda vuelta para mejor el undécimo puesto que ocupa.

A pesar de las vacaciones, ambos técnicos han puesto deberes a sus jugadores. "Llevan trabajo para hacer, ahora no podemos bajar los brazos, hay que ser inconformistas", comenta Maroño. "Tienen un trabajo especifico que les ha puesto el preparador físico, sobre todo no pueden coger peso", asegura Serrano. Los cacereños vuelven al trabajo el día 4, mientras que los pacenses son más madrugadores: lo hacen el día 2 de enero.

La dinámica de los dos equipos no está siendo mala esta temporada, aunque han estado castigados por las bajas. "No esperaba esto, habría firmado tener 15 puntos a estas alturas", dice el entrenador cacereño. Su homólogo pacense no está igual de satisfecho: "Podíamos tener 6 o 7 puntos más".

Ausencias que han tenido los dos equipos pero que han sido más significativas en el Delta. Ha perdido durante casi toda la primera vuelta a sus dos cierres, posición que ha tenido sin ningún jugador específico."Rafita, con un fisura en el dedom y Kike solo han jugado tres partidos y eso nos ha mermado mucho", comenta Serrano. Esa puede ser una respuesta a la estadística goleadora del equipo. Es el máximo artillero, con 73 tantos y el más batido con 72. "El equipo es muy ofensivo. Atacamos porque no tenemos defensores, no queremos defender, por eso jugamos tanto al ataque", afirma.

Ahora toca mirar al futuro, y en el Extremadura son ambiciosos: "Nos debemos a una ciudad, a un club, seríamos muy pobres si nos conformáramos con lo que hemos hecho y pensar solo en la permanencia", dice con optimismo Maroño.