Thomas Gravesen no se considera un jugador duro, y ante la fama que se ha creado en la Liga admitió que da patadas pero "sin mala intención" y que en cada partido sus compañeros de equipo sufren acciones "mucho más duras". El centrocampista danés del Real Madrid recordó un partido para demostrar que no sólo él juega duro. Fue el de San Mamés, en el que su compañero Pablo García cayó lesionado y varios jugadores de ataques recibieron entradas, que según el danés, cuando las realiza el Real Madrid se exageran. "He visto en muchos partidos como jugadores del Real Madrid siempre reciben entradas fuertes y cuando uno del Real Madrid da una ostia se hace más grande", admitió. "España es diferente a Inglaterra. Aquí el fútbol es más técnico y rápido. Ahora me estoy acostumbrado a esto", agregó.