El exjugador barcelonista Josep Guardiola parte con clara ventaja para ocupar el banquillo del Barcelona la próxima temporada, decisión que deberá adoptarse mañana en la reunión ordinaria de la junta directiva, después de que los avales con los que contaba Rijkaard, actual técnico, se hayan desvanecido casi por completo.

El descontrol que se ha vivido en el vestuario en los últimos años, con jugadores que han caído en picado, la falta de resultados y una situación que se considera "crítica" dentro de la junta directiva, han provocado que Rijkaard haya dejado de ser la primera opción para el año que viene en el banquillo.

No obstante, la apuesta de Josep Guardiola, sustentada principalmente por el secretario técnico, Txiki Begiristain, deberá someterse mañana a la aprobación de toda la junta directiva, donde el actual entrenador del equipo B y legendario capitán del club, cuenta con adeptos, pero no con el voto de todos los miembros de la junta directiva.

Apoyos en el consejo

Guardiola reúne muchos apoyos en el consejo del Barça, aunque su candidatura, lejos de estar ya aceptada completamente, deberá pasar un duro examen, ya que algunos directivos, no aceptarán que el Barcelona pase la temporada que viene a manos de un técnico inexperto en la dirección de un equipo de elite.

La apuesta de Txiki Begiristain por el técnico del Barcelona B guarda relación con la idea de mantener el sello futbolístico por el que apostó la actual junta directiva del Barça, presidida por Joan Laporta, y que tiene su origen en el libro de estilo futbolístico que siempre ha defendido Johan Cruyff: el control del partido a través del dominio en la posesión del balón.

Para una parte importante de la junta del Barça, en la que se encuentra el propio Laporta, además del director técnico, la idea futbolística con la que se relaciona al ´cruyffismo´ es irrenunciable, por lo tanto, las opciones para reemplazar a Rijkaard se han reducido a poco menos de cinco candidatos, entre las cuales destaca Guardiola.

Después de diferentes deliberaciones, la apuesta de Begiristain ha sido la de confiar en Guardiola. El primer obstáculo lo sorteó ayer, al recibir el visto bueno de la comisión delegada, en la que Laporta aceptó el desafío de que Guardiola sea el próximo entrenador y que renunciase casi de forma absoluta a luchar para que Rijkaard concluyese su contrato, que finaliza el 30 de junio del 2009.

Superado este escollo, la candidatura de Guardiola aún deberá superar la reunión del jueves de la directiva, donde no todos son apoyos al futurible técnico y, aún menos, para que dirija en solitario el transatlántico que representa el primer equipo del Barcelona.

Ante esta falta de quórum que se prevé de inicio en la junta, no se descarta que se busquen fórmulas alternativas a la apuesta en solitario por la candidatura de Guardiola, como podría ser que el actual técnico del Barcelona B forme dupla con otro entrenador de mayor experiencia en la Liga.

Una vez decidido el futuro técnico, que se espera que se determine al concluir la junta de mañana, el Barcelona tiene la intención de informar a Frank Rijkaard de la decisión que se adopte.