No es la primera vez que Sebastian Vettel exhibe un comportamiento antideportivo. Ayer protagonizó otra rabieta cuando Lewis Hamilton frenó --de forma completamente legal-- en sus maniobras de calentamiento de los neumáticos detrás del coche de seguridad y Vettel se lo comió impactando con su Ferrari tras el Mercedes.

El alemán reaccionó colocándose a su lado, sacando las manos para increparlo, y chocando lateralmente a propósito contra Hamilton. Los comisarios le sancionaron con una parada de 10 segundos en box, aunque muchos creen que era merecedor de una bandera negra y descalificación. «Si tiene algo que decirme, que me lo diga fuera de la pista», dijo el alemán tras la carrera. La suerte para Vettel, cuarto al final, es que acabó la carrera justo por delante de Hamilton, víctima de una parada extra en el box por un fallo de sus mecánicos.

Lejos de esta pelea barriobajera, Daniel Ricciardo, un caballero, se llevó una victoria merecidísima. Es para muchos uno de los mejores pilotos de la parrilla, un piloto que hace fácil lo difícil, al que jamás se le ve tenso en las maniobras más arriesgadas. Ricciardo ganó tras verse último de la carrera en las primeras vueltas por una parada extra en el box por un plástico metido en su canal de refrigeración de los frenos. «Cuando me vi último, no podía soñar con esta victoria. Hubiera apostado todo mi dinero a que no ganaba, imposible pero, mira, estoy aquí, en lo alto del podio», explicó el australiano. No falló y compartió podio en una carrera caótica con Valtteri Bottas y Lance Strolz, el más joven de la historia en el cajón, con 18 años y ocho meses.

ALONSO, IRÓNICO / Fue una carrera caótica: tres coches de seguridad, un coche de seguridad virtual y una neutralización por bandera roja de media hora fueron necesarios para limpiar la pista de la cantidad de piezas que se fueron quedaron en el asfalto por los innumerables toques, como el de Kimi Raikkonen frente a Valtteri Bottas, o el de los dos Force India de Esteban Ocon y Checo Pérez.

También hubo trompos, como el de Carlos Sainz para evitar a su compañero Daniil Kvyat. El madrileño atrapó un octavo puesto que arrebató a Fernando Alonso. «Vaya, podríamos haber ganado la carrera», dijo el asturiano con ironía, viendo la cantidad de errores que cometían los de arriba. «Era quinto junto a Ricciardo tras la neutralización. Con otro coche….» Y no le falta razón. Solo un dato. Bottas, que había sido doblado en las primeras vueltas del gran premio, llegó a la segunda plaza.