En su cuarto Mundial tampoco ha podido ser: el extremeño Javier Cienfuegos se quedó lejos de la final del lanzamiento de martillo en Pekín, mostrando su peor cara de toda la temporada y ocupando el penúltimo puesto de todos los participantes con un tímido lanzamiento de 70.96 metros conseguido en su último tiro.

En conversación con El Periódico Extremadura después de la competición, el montijano no quiso buscar excusas: "Estoy cabreado conmigo, no se puede hacer lo que hemos hecho". Lo que hizo, explicó, fue "calentar bastante bien, tener un pequeño fallo en el primer lanzamiento y descentrarme demasiado".

Un primer lanzamiento de 69.38 metros seguido de otro más tímido todavía de 68.37 que apenas le daban para evitar la última posición. Ha sido en el último tiro cuando consiguió pasar la línea de los setenta metros. "Tendría que haberme olvidado de tonterías: he querido y he podido, pero técnicamente no sé qué ha pasado". Se quedó a cuatro metros de su mejor marca de este mismo año.

La nota de corte, el registro que ha conseguido el duodécimo atleta y último en meterse en la final, fue los 74.51 metros del eslovaco Marcel Lomnicki, metro y medio por debajo de la marca personal de Cienfuegos y bastante por debajo de la exigida por la organización (77 metros) para ser finalista. "El objetivo era pasar, había que lanzar como estaba lanzando, no cambiar, pero ha sido empezar la competición y adiós", aseguró con rabia el discípulo de Antonio Fuentes.

En un año en el que ha seguido con los entrenamientos en su Montijo natal a las órdenes de su entrenador de siempre, Cienfuegos se ha quedado algo lejos de la imagen que dejó en años anteriores, cuando situó la plusmarca nacional en 76.71 metros, pero llegaba a Pekín en un gran estado de forma: "Tenía ganas de demostrar". No pudo ser.

Cierra así Javier Cienfuegos su cuarta participación en un Mundial a sus 25 años: en Berlín (2009) fue 24, en Daegu (2011) 33 y en Moscú (2013) el 25.