Villanueva de la Serena y Amposta. Extremadura y Cataluña. Los paralelismos entre las reuniones de peñas barcelonistas de este fin de semana han sido evidentes. Los insultos de Joan Laporta, presidente del Barcelona, a Guillermo Fernández Vara, reconocido culé y presidente de la Junta de Extremadura, han estado en el ambiente de ambas citas. En las dos, una coincidencia: a los peñistas les disgusta que Laporta polemice con personas de la vida pública, como el propio Vara.
En Amposta, el socio número uno y fundador de la peña Joan Gamper, Aurelio Quinzá, recriminó al dirigente futbolístico los rifirrafes que ha protagonizado en los últimos tiempos, poniéndole el ejemplo la polémica con el presidente extremeño, al que llamó "imbécil" en más de 10 ocasiones.
Pero Laporta, sin citar a nadie en concreto, recuperó el tono desbocado que le ha caracterizado durante año. Para él, "cada día" intentan sacar "una cosa nueva para desestabilizar y distorsionar el buen momento que está viviendo el barcelonismo, el mejor de su historia". El origen, según él, está en Madrid.
"No les gusta que el mejor Barça de la historia esté dirigido por personas que no piensan como ellos, que no son los suyos. Es un poco triste porque parece que te prohiban pensar, parece que te prohiban decir lo que piensas y, si no me equivoco, estamos en un país democrático. O, al menos, eso parece", concluyó.
En Villanueva de la Serena, en el marco del séptimo Encuentro de Peñas Barcelonistas de Extremadura, han querido pasar de puntillas por la polémica. "Sí, es cierto que se ha comentado algo, y que a la gente no le gusta lo que ha hecho, pero nosotros tampoco vamos a entrar en ello", reflexionan desde la organización.
Sin política
En la localidad extremeña han querido evadirse y estar en plena convivencia, hablando de fútbol. La agenda, insisten, la han estado preparando ellos "desde el mes de mayo" y la actualidad de esta pasada semana no debía ser lo prioritario, y más tratándose de algo extradeportivo.
Para ellos, lo importante fue reunirse 400 culés en torno a una mesa. El sábado, con alrededor de 30 personas en la Casa de Cultura de Villanueva, solamente en los corrillos se comentaba el incidente dialéctico.
