Comprimida queda la situación en la zona de liguilla tras la derrota del Cacereño ante el Málaga B. El partido de El Viso sirvió, al menos, para olvidar las rencillas que envolvían el pasado reciente entre ambos clubes y demostrar que el líder empieza a encontrar dificultades antes de encarar la fase más decisiva del campeonato. Pese a ello, la lectura ha de ser positiva, pues se mantiene en lo más alto, desde donde divisa a otros rivales cometiendo errores.

El encuentro de la matinal de ayer le valió también al filial malagueño para involucrarse definitivamente en la lucha por intentar meterse en la liguilla y dejando claro que al Cacereño se le puede doblegar por caminos futbolísticos y sin especular con el resultado como había hecho el Algeciras --vicelíder ahora-- una semana antes.

Pero los pupilos de Ismael Díaz dejaron escapar ayer una buena oportunidad para manejar un mejor colchón de puntos en cabeza del grupo, yendo de más a menos y dejando crecer a un rival que había salido asustado ante las formas futbolísticas de los cacereños. No parece cuestión de gasolina , pero sí de profundidad en el juego y de falta de posesión del balón a medida que avanza el reloj. La situación fue similar al choque de Sevilla frente al Betis B: salida briosa, una decisión polémica del colegiado y el rival que acaba marcando. La diferencia radica en que en esta ocasión el tanto que marcó el Cacereño fue anulado, pues Enrique consiguió llevar el balón al fondo de la portería local al cuarto de hora de juego tras un buen pase de Bauti y un primer remate fallido al cuerpo de Calatayud. Pero Gómez Gómez anuló el tanto por aquello del peligro que tanto pitan los árbitros cuando un delantero se acerca a disputar un balón con el guardameta rival.

SUPERIORIDAD CACEREÑA

Bauti y Enrique redoblaban esfuerzos en las bandas y el Cacereño dominaba a placer. Cantos y Jorge superaban a sus rivales en el centro del campo, pero Cobos no sobresalía por un fuerte marcaje individual.

El filial andaluz comenzó a despertar a partir del descanso, justo después de la mejor opción del Cacereño y que se encontró Nacho Garrido a los veinte segundos de la reanudación cuando el metal malagueño le regaló un balón al borde del área. Esta vez el ariete no precisó y a puerta vacía envió el balón junto al poste.

De ahí en adelante el Málaga B se fue adueñando de la situación y comenzó a darle trabajo a un eficaz Félix Campo, que salvó varias situaciones de gol, pero que no pudo evitar el tanto malagueño en un contragolpe de Coque que sirvió en bandeja para que Alex Geijo dejara los tres puntos en la capital de la Costa del Sol.