El estadio Santiago Bernabéu recuperará para el partido de vuelta de las semifinales de Copa del Rey ante el Real Zaragoza, el espíritu de las históricas remontadas madridistas para luchar por dar la vuelta al 6-1 encajado en La Romareda.

Acababa de recibir la goleada más dura de toda la temporada con la que finalizaba su racha triunfal, cuando apareció en el vestuario madridista el nombre de un histórico que representa el espíritu de las grandes gestas, Juan Gómez Juanito .

Iker Casillas anticipó el sentir de un equipo dolido por la imagen ofrecida en La Romareda que se vaciará por conseguir un sueño y alcanzar a lo grande la final de la Copa del Rey.

Conscientes de la dificultad de remontar un resultado tan abultado pero confiados en la calidad del plantel, los jugadores madridistas han creado un clima propicio para intentar el asalto al Real Zaragoza en un Bernabéu entregado.

Para ello, Juan Ramón López Caro no cambiará su dibujo pero apostará por todos los jugadores de calidad unidos para jugar a la heroica, como avisó en la rueda de prensa previa en la que, por momentos, se salió de su línea para afirmar que está ante el partido más importante de su carrera y que sus jugadores deben "morir en el campo".

RAUL, EN LA GRADA No forzará a Raúl, al que no incluyó en la convocatoria, pero sí recupera a una pareja que tienen una conexión especial, Guti y Ronaldo, que acabaron doloridos el partido liguero en San Mamés.

Los platos rotos de la goleada del partido de ida los paga Paco Pavón, fuera por decisión técnica, que se une en el capítulo de bajas a Diego López, Mejía, Iván Helguera y Pablo García. Por lo que completan una lista de 17 jugadores, de los que López Caro tendrá que descartar a uno, Cobeño, Míchel Salgado, Diogo, Raúl Bravo, Gravesen y Cassano.

El rotundo 6-1 conseguido en la ida hace que ni el más pesimista de los aficionados zaragocistas piense en una debacle deportiva ante el Real Madrid, pero en el equipo aragonés ante todo se está anteponiendo la prudencia a la euforia.

"Faltan 90 minutos" es la frase más pronunciada por todos los componentes de la plantilla maña para que su equipo se vuelva a colar en una final copera, la undécima, y pueda luchar por su séptimo título dentro de dos meses. El buen momento que atraviesa el equipo aragonés no hace prever un resultado que sería una auténtica hecatombe deportiva y que, hasta el momento, en toda su trayectoria en las distintas eliminatorias de la Copa nunca le ha tocado vivir una circunstancia así.

Los cuatro goles de Diego Milito y los dos de Ewerthon Henrique de Souza deben ser suficientes para alcanzar su objetivo, además los maños están viendo con cierta facilidad la portería contraria.

La principal preocupación en el conjunto aragonés es en la amenaza de sanción por acumulación de cuatro amonestaciones que pende sobre tres de sus jugadores fijos, los centrales Alvaro Maior y Gabriel Milito y el centrocampista Cani. No obstante, parece poco probable que Víctor Muñoz reserve a titulares.