No hay muchas dudas. «El gran favorito para ganar es Rafael Nadal». Así de claro lo tiene Novak Djokovic, campeón de Roland Garros el año pasado. Y, al igual que el tenista serbio, a cualquiera que se le pregunta por el ganador del 2017 suelta, sin pensárselo, el nombre del nueve veces campeón del torneo, que llega a París en busca de su décimo título. Un récord para la historia.

Nadie lo dice en vano. Todos lo tienen claro y las estadísticas lo avalan un año más. Nadal llega a París en un gran estado de forma, como en sus mejores tiempos. El tenista mallorquín ha ganado por décima vez los títulos de Montecarlo y Barcelona, además del de Madrid. En total 17 victorias en tierra y solo una derrota, en Roma la semana pasada.

«Esta temporada estoy muy contento de mi nivel. He jugado bien en pista dura y extremadamente bien sobre tierra, donde he ganado tres torneos muy importantes para mí», explicó ayer Nadal en París. Pero a pesar de la confianza que le dan esos títulos se mostraba cauto sobre sus opciones. El año pasado también aterrizó en Roland Garros en gran forma y se llevó una decepción al tener que retirarse en la tercera ronda sin jugar ante Marcel Granollers por una lesión en la muñeca.

«Si me funcionan las piernas y mi derecha, lo demás seguirá», dijo Nadal que, como siempre, prefiere ir paso a paso en un torneo de 15 días y siete partidos de máxima intensidad, antes de volver a morder el que sería su décimo Trofeo de Campeones. Solo en tres ocasiones no ha conseguido su propósito en un escenario «único, especial y seguro el más importante de mi carrera», destaca antes de entrar en competición.

Nadal es el claro favorito pero deberá demostrarlo en la pista desde la primera ronda, en la que le espera Benoit Paire (número 45 mundial), «un rival al que no quieres en primera ronda», valoraba sobre el francés, capaz de dar un susto a cualquiera por su talento tenístico, pero también muy irregular. En octavos Nadal podría cruzarse a otro hueso duro de roer como Gilles Simon y en cuartos, al canadiense Milos Raonic. En esa zona del cuadro también están Pablo Carreño y Roberto Bautista, dos de los otros favoritos españoles.

Djokovic o Thiem

El sorteo le ha deparado, además, enfrentarse en las teóricas semifinales a Dominic Thiem o Djokovic, los dos máximos favoritos en Roland Garros después de él. El austriaco ha sido su perseguidor en la gira europea de tierra y le ha plantado cara en las finales de Barcelona y Madrid, además de vencerle en Roma. Pero antes de pensar en un nuevo cruce, a Thiem le espera un duro camino en el que podría enfrentarse al belga David Goffin en octavos y en cuartos al renovado Djokovic, que defiende el título, y que le infligió una soberana paliza la pasada semana en Roma (6-1, 6-0).

Si Nadal apunta a gran favorito para la victoria, no le sucede lo mismo a Garbiñe Muguruza, que defiende el título femenino. La española llega a París sin los deberes hecho y con muchas dudas por un mal inicio de temporada. Muguruza, que ayer participó en el sorteo del cuadro junto a Djokovic, admitía la dificultad de repetir el éxito. «No le estoy dando muchas vueltas. Tengo más responsabilidad que presión porque repetir lo del año pasado es dificil».