Javier Cienfuegos descuenta las horas hasta el próximo martes, cuando será operado en Madrid. Es consciente de que cuanto antes solucione la extrusión discal --una hernia exagerada-- que le tiene a mal traer desde hace meses, antes podrá empezar a entrenar otra vez. Pero tendrá que ser ya con vistas a la próxima temporada, ya que el 2017 se le ha terminado a nivel competitivo al extremeño, gran dominador de la disciplina de lanzamiento de martillo a nivel nacional durante los últimos años.

Cienfuegos, que el 15 de julio cumplirá 27 años, se pondrá en manos de los médicos que le han diagnosticado finalmente a qué se debían sus dolores de espalda. Confía plenamente en ellos para regresar sin secuelas y con más fuerzas que nunca. El precio ha tenido que ser renunciar a la parte principal de la temporada, empezando por el Europeo de selecciones --España consiguió un histórico quinto puesto-- y siguiendo con el Campeonato de España y el Mundial de Londres.

Como mínimo tendrá que estar alejado durante cuatro meses del martillo, digiriendo uno de los más duros golpes de toda su carrera. Y eso que esta campaña había empezado bien con el segundo mejor lanzamiento (76,63 metros, a solo ocho centímetros de su récord de España). Luego llegaron las dificultades que le llevarán a la mesa de operaciones el próxima martes.