CACERES - 55: Devon Van Oostrum (7), Pedro Robles (10), Antonio Peña (10), Olu Ashalou (11) Roberto Morentin (3) --cinco inicial-- Igor Ibaka (2), Josh Duinker (0), José Antonio Medina (2), Flip Knezevic (0), Alex López (6), Richard Nguema (2), Miguel Lorenzo (2).

CAJASOL - 100: Bradley Buckman (10), John Holland (9), Guillermo Corrales (5), Brian Asbury (15), Juanjo Triguero (8) --cinco inicial-- Burjanadze (8), Pámpano (6), Porzingis (5), Carlos García (4), Sastre (14), Luka Bogdanovic (16).

MARCADOR POR CUARTOS: 13-27, 26-56 (descanso), 41-76, 55-100.

ARBITROS: Redondo, Soto y Planells.

Pretemporada es eso, pretemporada. Los resultados negativos, aunque lo sean tanto como el de ayer, tienen un alto porcentaje de relatividad. Y más todavía cuando llevas diez días entrenando y enfrente hay todo un morlaco de la Liga Endesa. El Cáceres Patrimonio de la Humanidad cayó en su trofeo con enorme contundencia ante el Cajasol (55-100) y no dejó muy buenas sensaciones. Pero hay que aplazar las lapidaciones: el proyecto Carlos Frade está recién salido del paritorio, como no puede ser de otra manera.

Los sevillanos fueron un ciclón en un Multiusos bastante desangelado. No son ya una de las plantillas punteras de la máxima categoría, como antaño, pero lo suficiente para sacar de la cancha a mandobles a un Cáceres todavía en versión beta . El partido en sí no tuvo mucha más historia que la de un Cajasol que se marchó desde el inicio (ganaba 13-27 al final del primer cuarto y 26-56 al descanso) y que luego se limitó a ir administrando y/o aumentando las diferencias.

Aunque con numerosas deficiencias, el Cáceres ofreció lo que prometió. Intentó presionar la subida del balón durante los 40 minutos, una iniciativa poco habitual en el baloncesto español. El resultado fue desigual: alguna una que otra vez logró un robo que terminó en canasta. La mayoría, la primera línea fue superada y el Cajasol encaró con comodidad la canasta para anotar. Es una idea que necesita un grandísimo fondo físico, constantes rotaciones y mucha concentración y coordinación.

En ataque, la imagen fue peor. Ya lo advirtió Roberto Morentin el día anterior: apenas se ha trabajado este aspecto hasta ahora. La consigna parece que va a ser buscar pronto una posición de tiro, no agotar las posesiones.

NOMBRES PROPIOS Siempre con la salvedad de que este tipo de partidos son lo que son, merece la pena quedarse con alguna actuación individual. Gustaron especialmente dos hombres: el base Devon Van Oostrum y el pívot Olu Ashaolu. El primero parece que es el que mejor lleva interpretadas las lecciones de su entrenador, aunque su batalla con la titularidad con Richard Nguema se prevé encarnizada. Por su parte, el nigeriano demostró buenos fundamentos y entrega que compensan su escasa talla para jugar por dentro.

El resto del equipo mostró más voluntad que acierto. El ejemplo más claro fue Josh Duinker, al que un par de jugadas de habilidad no acabaron en canasta por muy poco. A Miguel Lorenzo y Morentin les falta todavía engrasar mucho sus pesadas maquinarias. Igor Ibaka está a años luz de su hermano Serge, pero tiene un físico interesante.

Hay que ver también qué puede aportar el americano Braydon Hobbs, al que se espera en breve. La batería de aleros, pese a las ganas de Pedro Robles y Alex Robles, anda algo escasa.