Fernando Alonso arrancará último en la parrilla de salida del Gran Premio de México tras acumular una nueva sanción, la enésima, por cambios en el motor Honda. Le preocupa entre poco y nada. Su mirada, y la de McLaren, está puesta en el motor Renault que equipa el conjunto anglofrancés y, sobre todo, en el rendimiento de ese mismo motor Renault en el equipo Red Bull. Cuanto más rápidos van los coches de la bebida energética, más esperanzas calan en el piloto asturiano pensando en que equipará ese mismo motor en el 2018.

«Tenemos quizá el mejor chasis de la parrilla», suele repetir Alonso. Espera contar con un vehículo tan competitivo como el Red Bull, que está acabando esta temporada con un ritmo de carrera muy similar al de Mercedes y Ferrari. Si le falta algo es en clasificación, cuando Ferrari y Mercedes emplean un mapa motor muy agresivo.