Hyundai está inmersa en una política de renovación que se ha centrado de manera muy especial en la gama de turismos. La propuesta de nuevos modelos más atractivos, mejor acabados y dotados de un equipamiento al día tanto en confort como en seguridad ha sido su caballo de batalla en los últimos tiempos que ya está dando sus buenos frutos.

Ahora ha llegado la hora de ocuparse de la gama todocamino y el primer paso ha sido la renovación del Tucson. Para ello se ha hecho borrón y cuenta nueva. Se ha partido de una plataforma totalmente nueva, se ha diseñado una carrocería más que atractiva y mucho más moderna, se ha elaborado un equipamiento muy completo, se ha cuidado la presentación y mecánicamente se han modificado las suspensiones para mejorar el dinamismo del vehículo en cualquier tipo de terreno. El objetivo no es otro que el de tener una mayor presencia en el segmento y estar en condiciones de ser competitivos ante otros modelos de reciente aparición y a los de sólida presencia en el mercado. Argumentos no le faltan al ix35 para lograr el objetivo.

ENTRA POR LA VISTA El primer argumento para que uno se interese por un coche es que sea atractivo y eso no se le puede negar al ix35. Abrimos la puerta y entramos. El acceso es cómodo (es algo más bajo que el Tucson) y nada más sentarnos, lo primero que se advierte es que hay un salto cualitativo en todos los aspectos. En presentación, muy cuidada y con una buena armonía en colores, y también en acabados y ajustes aunque en este caso, los plásticos del salpicadero son de textura dura y se ha hecho muy poco para disimularlo. Además de una buena guantera, hay diversos huecos de diferente tamaño para guardar cosas repartidos por el interior.

En las plazas traseras hay espacio para dos adultos que viajarán muy cómodos; la anchura no es uno de los puntos fuertes del modelo y si tienen que ir tres, el del centro lo hará bastante incómodo tanto por esta circunstancia como por la propia configuración de la plaza. En cambio hay espacio para las piernas y también buena altura libre al techo. Las plazas delanteras están configuradas con unos asientos que además de cómodos son bastante ergonómicos y recogen bien el cuerpo, lo que se agradece ya que la tapicería es de piel. La posición de conducción es muy buena ya que se dispone de diversos reglajes en asiento y volante. La visibilidad es buena en todos los ángulos pero en las maniobras marcha atrás se agradece la presencia del sensor de aparcamiento que es de serie en el nivel de acabado que lleva nuestra unidad de pruebas.

Por lo que respecta al maletero, con unas formas internas muy aprovechables ofrece capacidad para transportar mucho equipaje que queda oculto por una lona replegable. A destacar que debajo del piso se ha puesto una rueda normal, algo cada vez menos frecuente.

MUCHO EMPUJE El motor de nuestra versión es un 2 litros que con 136 CV podría pensarse que se queda corto teniendo que mover un vehículo que pese a la utilización de materiales ligeros en la construcción del bastidor anuncia un peso de 1.600 kilos y, además, cuenta con tracción a las cuatro ruedas. Sin embargo, sorprende la decisión con la que empuja desde muy pocas vueltas. De hecho, apenas se han sobrepasado las mil revoluciones, parece que hay mas caballos y no hay el menor problema para mantener una buena velocidad de crucero en autopista. Tan solo se le puede reprochar una cosa: el nivel acústico. No solo del motor sino también el aerodinámico de la carrocería. Tampoco es que sea excesivo, pero hay otros modelos de la competencia más refinados en este aspecto.

La caja de cambios manual de seis marchas, con un tacto bastante preciso pero con desplazamientos largos, presenta desarrollos algo cortos y eso también ayuda a esa sensación de empuje y agilidad que se tiene al volante. En cuanto a los consumos, es evidente que peso y tracción tienen un peaje que se evidencia en este apartado. Sin embargo tampoco hay que asustarse pues aunque estamos alejados de las cifras homologadas, obtuvimos un consumo medio de 7,2 litros que no está nada mal.

MAXIMO CONFORT Uno de los aspectos que se han modificado respecto al Tucson es la suspensión trasera. El trabajo realizado da sus frutos ya que el ix35 pese al volumen y peso sortea con mucho confort los desniveles del asfalto o de las pistas sin que sus ocupantes vean castigados sus huesos y eso que los reglajes de muelles y amortiguadores son más bien firmes. El disponer de tracción a las cuatro ruedas es un plus de seguridad, especialmente en suelo resbaladizo pero en cualquier caso se le nota bien asentado sobre el asfalto y permite un paso por curva a buen ritmo sin que se aprecien acusadas oscilaciones de carrocería.

Segundo aspecto mejorado es la dirección, ahora asistida eléctricamente que es precisa y rápida, lo que ayuda a la agilidad de movimiento. Los frenos cumplen sin problemas.