La junta directiva del Mérida entiende que la expulsión del centrocampista emeritense, Abel Segovia, en el minuto veintiocho de la primera parte, al agredir a un jugador cuando iba a por la pelota, fue completamente evitable y sancionará económicamente al jugador. El propio entrenador, Fabri González, señaló al final del choque que había sido "un hecho muy grave" y reconocía que la suya por protestar también.

Ninguna de las dos expulsiones van a ser recurridas por el Mérida. También al final del partido, Fabri denunció duramente que el coordinador de la policía nacional del estadio "cada vez que me expulsan viene a por mí. No puedo evadirme, parece que intenta acojonarme y no se lo permito, porque me hace sentir como una piltrafa. Muchas veces las porras y los trajes hacen olvidar a la gente que son seres humanos como los demás".

En la mañana de ayer, antes de la gala organizada por CERMI-Extremadura a la que acudió el propio entrenador y algunos miembros de la plantilla, Fabri González declaró a este respecto que "lo mejor es pasar página porque todos estábamos en un momento de acaloramiento". El técnico es partidario de pasar página, aunque con matices: "Será mejor que no echemos más leña al fuego, que es lo que creo que este hombre intentó hacer. Ahora fríamente, no creo que nadie quiera actuar de mala manera, pues entonces estaríamos más jodidos todavía. Es un hombre que quiere hacerse el protagonista y se equivoca, pues lo que necesitábamos era un poco de calma" y finalizó diciendo que "nadie me puede prohibir , mientras no le pegue a nadie, que diga lo que quiera".