CACERES 2016 - 92: Rod Brown (20), Mike English (11), Lucio Angulo (2), Diego Guaita (15), Harper Williams (17) --cinco inicial -- Jesús Poves (8), Tomás Bellas (0), Juan Sanguino (7), José María Panadero (5), Miguel Guillén (0).

GANDIA BASKET - 75: Oscar González (3), Zan Vrecko (13), Jason Robinson (11), Matt Nelson (6), Shay Miller (12) --cinco inicial-- Bozo Avramov (2), Elvis Evora (11), Javi Rodríguez (2), Matías Ibarra (11), Víctor Hidaldo (2).

MARCADOR POR CUARTOS: 21-15, 46-36, 61-59 y 92-75.

ARBITROS: Castillo y Bravo. Eliminado: Nelson (min. 34).

Por imperativo psicológico, el Cáceres 2016 necesitaba ayer el triunfo. Para que la ansiedad no apareciera antes de lo previsto, el grupo de Piti Hurtado precisaba del ánimo del éxito. Aunque fuera ante el último (al fin y al cabo, el Cáceres, aún sin sumar, también estaba en el furgón de cola) y aunque el rival no diera miedo, el equipo extremeño de la LEB Oro estaba ante un reto peligroso, de esos que, de fracasar, te causan zozobra.

Y el local salió de paso con mucho más estrés del que señala el marcador. A falta de 8 minutos y 4 segundos, el electrónico señalaba 61-65 para el Gandía. Pero, en ausencia del lesionado Moss, tiraron del carro aquellos que, como reclamó justamente el capitán, Panadero, tienen que hacerlo por muchas razones, entre otras por caché. Apareció Diego Guaita, el Garbajosa argentino para, como el de internacional de Torrejón, sacar su excelente mano a relucir desde el exterior. Y emergió, sublime, Rod Brown, un base con galones para ser determinante que también se decidió a tirar, además de dirigir, para sentenciar.

No fue, efectivamente, un ejercicio sencillo. El Cáceres parecía enfilado hacia una fácil victoria,con una salvedad: la facetareboteadora, donde laausencia de Moss era lógicoque se notara. El buen partidode Williams, a quien esevidente que le pesan losaños, no fue suficiente.

Los localess e vieron sorprendidosdesalida con unpar de triplesdel Gandía, elprimero del viejo conocidoÓscar González. Pero desdeentoncess e evidenció la diferenciaentre ambosequipos ,incluso cuando los visitantespusieron el éxito en entredicho.El Cáceresrondó losdiezpuntosde renta en variasocasionesamparado en un notableEnglish –el espíritu de estesingular escolta puede cundir–y lastrado por una malanoche de Lucio Angulo.

RESISTENCIA / El cambio debase en los visitantes metió alGandía en el partido en cadaarreón. MatíasIbarra, un argentinocon amplia experienciaen España, no es digno delGandía, sino de un equipopuntero de la LEB Oro comomínimo. El músculo de susjugadoresinterioreshicieronel resto.

Entre idasy venidas, elCáceresparecía cómodo. Perollegaron losnerviosy elGandía se lo creyó. Fue entoncescuandosurgió otro de loselementosclavespara la sumadel primer triunfo en laLEB Oro: el público. Metidoen el duelo, la afición cacereñaterminó por presionar aun arbitraje nada favorablehasta entonces. Con su aliento,el grupo de Hurtado consiguiócambiar la dinámica conun parcial de 14-0 (del 61-65al 75-65) que finiquitó lasdudassobre el encuentro.

El lucimiento de Povesy lasalida de Guillén pusieron elfin de fiesta en el Multiusos.Losextremeñoshabían conseguidoel objetivo, el peligrosoobjetivo al que estaba obligado:ganar. En el deporte, estoeslo único que importa. Unatercera derrota hubiera hechomucho daño.