Tras el 1-1 del Camp Nou, Valencia y Barcelona disputan el asalto definitivo por un puesto en la final de la Copa, competición a la que los valencianistas se aferran como la tabla de salvación de una temporada gris y en la que los barcelonistas tratan de disipar las dudas generadas en los últimos partidos. No estará Ronaldinho, centro de las miradas toda la semana por su supuesta lesión.

El encuentro llega en el peor momento de la temporada para los locales, quienes van camino de superar todos sus récords negativos, entre ellos el de peor equipo local de la Liga, lo que ha hecho que actualmente se encuentre a sólo cuatro puntos del descenso y muy lejos de los objetivos marcados al principio de la temporada.

El Barcelona buscará su primera final de Copa desde 1998, cuando derrotó al Mallorca precisamente en Mestalla. Sería la mejor manera de calmar el entorno, respirar aliviado y preparar los partidos de Champions con mayor tranquilidad.

Frank Rijkaard intentó proteger públicamente a Ronaldinho, asegurando que el brasileño "está muy justo" para disputar el partido, porque solo ha entrenado una vez con el grupo, la de ayer. "Me alegro de que quiera jugar, es un buen detalle por su parte", recalcó el técnico.