Ninguno de los agentes sociales se ha atrevido a hacer cálculos sobre los efectos que puede tener la reforma del mercado de trabajo en la lucha contra la precariedad laboral. Solo ayer, el secretario General de Empleo, Valeriano Gómez, se arriesgó a avanzar una cifra. En su opinión, entre 500.000 y un millón de trabajadores que encadenan contratos temporales podrían convertirse en fijos tras el cambio normativo.

Una de las grandes novedades de esta reforma es que, por primera vez, la ley obligará a los empresarios a transformar en fijos a los empleados que sumen, en 30 meses, dos años de sucesivas contrataciones temporales.

Esta medida no es retroactiva, como explicó Gómez a este diario, sino que se aplicará a partir del último contrato que tenga el trabajador el 1 de julio, cuando entre en vigor la reforma.

También el secretario general de UGT, Cándido Méndez, hizo ayer hincapié en esta medida, porque en España hay 5,3 millones de trabajadores temporales, una "cifra intolerable". El tope al encadenamiento de los contratos eventuales se regulará en el estatuto de los trabajadores, pero también se negociará en los convenios colectivos y quedará sujeto a la Inspección de Trabajo.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, consideró que esta reforma va a significar un estímulo "clarísimo" para la creación de empleo y fomentará la estabilidad laboral sin introducir rigideces.

Méndez no descartó que, tras su entrada en vigor, la reforma se tramite en el Parlamento para que los partidos propongan enmiendas.