La Bolsa española subió ayer un 3,57% y logró superar el nivel de los 8.700 puntos, que no alcanzaba desde enero, gracias a la gran banca y al mercado estadounidense, que abrió al alza aupado por datos macro y empresariales positivos. En una jornada semifestiva, el principal indicador de la bolsa, el Ibex-35, sumó su cuarta jornada de alzas y avanzó 300,10 puntos, hasta 8.704,80 unidades, en tanto que el Indice General de la Bolsa de Madrid ganó 32,97 puntos, hasta 915,27 unidades.

De esta forma, el selectivo logró cerrar su quinta semana consecutiva de subidas, con un repunte del 4,63%. En Europa, con el euro a 1,31 dólares, todas las plazas principales cerraron al alza: París subió el 1,82%; el índice Euro Stoxx 50, el 2,79%; Fráncfort, el 3,06%; Milán, el 2,77% y Londres, el 1,48%. La Bolsa española comenzó la sesión con optimismo, animada, como el resto de mercados europeos, por el cierre en positivo de la Bolsa de Nueva York del miércoles. El buen espíritu inversor no desaparecía ni tras conocer el boletín mensual del BCE, que confirmó que la economía mundial experimenta una "acusada desaceleración" y que la demanda será "muy débil" en el 2009.

El anuncio del Banco de Inglaterra de mantener los tipos de interés en el 0,50% tampoco tuvo impacto en el mercado, que ya había descontado esta decisión. Las noticias empresariales, sin embargo, sí estimularon las plazas europeas, ya que elevaron ligeramente sus ganancias tras conocer que la entidad holandesa ING venderá activos no estratégicos por hasta 8.000 millones de euros y que el Gobierno alemán ofrecerá a los accionistas de Hypo Real State 1,39 euros por título para hacerse con la compañía en abril. La euforia inversora aumentó con las subidas de los futuros estadounidenses gracias a los datos del déficit comercial, que descendió un 29% hasta los 25.965 millones de dólares, y las solicitudes semanales de subsidio por desempleo, ambos inferiores a lo previsto.