Si un inversor puso 6.000 euros (998.316 pesetas) en la bolsa española el 31 de diciembre de 1999 y se olvidó de su inversión hasta hoy, su dinero se ha reducido a casi la mitad, hasta 3.114 euros (518.126 pesetas). Es el resultado de tres años seguidos de pérdidas, algo que con una dimensión mundial tan sólo se había producido en tres ocasiones: el crash del 29, tras la segunda guerra mundial y en la crisis petrolera de 1973. Y es que la bolsa española --como prácticamente todos los parquets-- volvió a cerrar el año por debajo del nivel con que lo abrió.

El pasado lunes, la bolsa cerró la última sesión del año de nuevo con números rojos, con una caída del 0,7%. El índice que agrupa a las 35 mayores empresas españolas salvó por muy poco la barrera psicológica de los 6.000 puntos, muy lejos del máximo histórico de 12.816 puntos alcanzado en marzo del 2000. Los 6.036 puntos con los que el Ibex 35 concluyó el 2002 representan la mayor caída interanual desde su creación en 1987, con un descenso superior al 28%. El retroceso acumulado desde 1999 se sitúa en el 48,1%.

MAL DE MUCHOS

La caída del selectivo español --más o menos paralela a la de los grandes valores del mercado que se incluyen en el índice--, supone el peor trienio del historial bursátil de las dos últimas décadas. Sólo en el periodo de 1976 a 1979, el índice general contabilizó un resultado peor: la crisis de los 70 se saldó con cuatro años consecutivos de descensos.

La mala evolución del mercado español no es un hecho aislado. La marcha de los índices ha sido un claro reflejo del deterioro económico internacional y, sobre todo, de la mala racha de Wall Street. El Dow Jones, el índice de los valores industriales de EEUU, ha perdido el 27% en los últimos tres años. Y al igual que en España, el descenso mayor (18%) se ha producido en el 2002. Esa circunstancia se repite en los casos del Nasdaq --el índice tecnológico de EEUU--, y del Eurostoxx 50 --que agrupa a las mayores empresas europeas--, que han acentuado su caída en el 2002.

PREVISIONES

La obstinación en los descensos ha dejado a los analistas con el mismo manido discurso de otros años sobre una pronta recuperación del mercado. El nuevo horizonte de recuperación se sitúa a mediados del 2003. "La profundidad del descuento que han alcanzado los precios de los valores y el tiempo que hace que se mantiene sólo permiten pensar en una recuperación rápida", afirma Jaume Puig, de Gaesco Bolsa.

El presidente de la Bolsa de Barcelona, Joan Hortal , prevé una revalorización de las cuatro bolsas españolas --Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia-- de entre el 8% y el 12% en el 2003. Las principales razones de esta evolución serán la mejora de la economía estadounidense y el crecimiento español, así como la mejoría de los beneficios de las empresas. En el caso de que haya una guerra larga, las ganancias se reducirían en torno a cinco puntos.

Pero el consenso del mercado es menos optimista: "La realidad es que se nos presenta otro año duro", afirma Stephan Newhouse, copresidente de negocio institucional de Morgan Stanley. Y las mayores dificultades se centran en la primera parte del año: "Seguirá marcada por las incertidumbres pendientes", sostiene un informe de Renta 4. "La más importante --prosigue-- es el posible conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak".

El descalabro de la bolsa suele llevar inversores hacia la renta fija. En el 2002, los bonos cerraron con rentabilidades superiores a la renta variable por tercer año consecutivo, tanto en Europa como en EEUU. Para el 2003, los expertos consideran que la renta fija puede tener recorrido al alza, debido a la persistencia de dudas sobre la recuperación económica.