El Gobierno argentino y el Grupo Marsans comenzaron a negociar la transferencia al Estado del 94,6% de las acciones de Aerolíneas Argentinas (AA) y del 97% de Austral en manos de la empresa española. Entre ambas tienen el 80% del negocio local. El fantasma de la expropiación sobrevuela unas discusiones que, según la prensa local, dejarán huella en los vínculos entre los dos países.

AA quedó de hecho a las puertas de la nacionalización después que la secretaría de Transporte pidiera la intervención judicial de una compañía que en las últimas horas había cancelado decenas de vuelos, provocando enormes trastornos a los pasajeros. El representante del Estado en AA, Julio Alak, dijo que la Administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner está dispuesta a tomar el control "para garantizar el servicio y las fuentes de trabajo".

El valor de las acciones de AA y el método que se utiliza para realizar la transferencia tendrán prioridad en la espinosa agenda que se aborda estos días. Pero no serán los únicos asuntos a resolver. Las autoridades argentinas exigieron a Marsans que se abstenga de nombrar a un gerente general y que, en el documento de venta, deje constancia de que se desprende de las acciones por los problemas que enfrentaba el grupo debido a la mala gestión, un punto en el que el grupo español no quiere ceder.

El valor de la compañía es motivo de controversia. Los dueños de AA cifran la deuda de 151 millones de euros. El Gobierno, en 561. El precio de Austral, que domina los vuelos de mercancías, sería de 252 millones. Para fijar los números reales intervendrá un tribunal de tasación y una firma privada designada por Marsans. Si persiste la diferencia, intervendrá un agente neutral. La crisis de AA se aceleró en los últimos días cuando el Grupo Marsans no pudo obtener respaldo crediticio de los bancos Nación y Galicia (privado) para pagar las nóminas de junio. La empresa cree que la negativa de los bancos no puede ser casual.

Durante el Gobierno de Néstor Kirchner, el Estado recuperó el servicio postal y el del agua, parte del negocio aeroportuario y ferroviario. La nacionalización de AA le toca ahora a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner. Mientras eso no suceda, la vuelta de AA al Estado será presentada como una victoria política.