La presión fiscal en España pasó del 34,7% del producto interior bruto (PIB) en el 2004 al 36,7% en el 2006. Según datos difundidos ayer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), este incremento de dos puntos es el mayor de los registrados en los 26 países de los que se dispone de datos, después de EEUU, donde se ha pasado del 26% al 28,2% del PIB.

En el caso español, el aumento de la presión fiscal no ha ido acompañado de una subida de impuestos, sino que obedece a un fuerte incremento de la recaudación tributaria, por el modelo de crecimiento económico (apoyado en el consumo y la construcción y con fuerte creación de empleo).