El Gobierno ha colocado los Presupuestos Generales del Estado para 2010 como la primera de sus prioridades económicas para el nuevo curso, y asegura que los ajustes fiscales que pueda haber en estas cuentas no tendrán un impacto significativo. El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, reunió hoy a todos sus ministros del área económica para marcar la agenda de los próximos meses. Un plan de trabajo en el que el Gobierno también quiere que esté la reforma de las pensiones y su deseo es remitirla a las Cortes antes de que acabe el año, aunque para acometerla promete esperar a que concluyan el trabajo de la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo.

Así lo aseguró en rueda de prensa la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, quien una vez más insistió en que de llevarse a cabo "algún pequeño ajuste" en los impuestos no tendría un efecto significativo ni en el techo de gasto ni en la previsión de ingresos, y aseguró que Zapatero y sus ministros económicos no habían tratado este tema en la reunión. En la rueda de prensa, Salgado citó otros retos para el nuevo curso político, como la tramitación parlamentaria de la Ley de Economía Sostenible o la elaboración de una nueva norma con la que reconducir a la jurisdicción laboral todos los asuntos relacionados con el trabajo, que en muchos casos están en la vía contencioso-administrativa.

Otra de las metas inmediatas, según recordó, es la de terminar de definir la política energética para la próxima década, y abordar medidas más inmediatas en este campo como el inicio en septiembre de las emisiones de deuda para financiar el déficit de tarifa eléctrico. A un mes de que el Gobierno tenga que llevar los Presupuestos de 2011 a las Cortes, Salgado insistió en que estas cuentas están marcadas por la austeridad y orientadas a cumplir con el objetivo de déficit para el próximo año, si bien aseguró que dentro del recorte del gasto.

Sin embargo, aseguró que habrá partidas que se reduzcan muy por debajo de la media del recorte ministerial, y en concreto citó la investigación y el desarrollo, a la que el Gobierno quiere dar "suficiente reconocimiento". También se refirió al nuevo margen de 200 millones de euros con que contará Fomento para finalizar obras que iban a paralizarse con el ajuste presupuestario, que se suma a los 500 millones ya anunciados. Salgado aseguró que la semana pasada, cuando se reunió con el titular de Fomento, José Blanco, para recuperar algunas de las obras, ya le pidió que hiciera un catálogo que llegara hasta los 700 millones de euros.

La ministra no quiso dar detalles sobre las partidas presupuestarias, si bien reconoció que el pago de los intereses por la deuda pública -que puede llegar al cierre de este año al 64% del PIB- aumentará con respecto a este ejercicio, aunque por debajo de lo inicialmente previsto. Precisamente, el menor pago de estos intereses es lo que va a permitir el reajuste presupuestario en infraestructuras, según recordó.

Tras la rueda de prensa, Salgado descartó que se vaya a rebasar esta cifra de 700 millones para más infraestructuras. "Mucho tendrían que cambiar las cosas", admitió. Salgado aludió por otra parte a los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística, según los cuales la economía creció el 0,2% entre abril y junio con respecto al trimestre anterior, aunque aún registra una caída interanual de una décima.

La ministra señaló que estas cifras muestran que las previsiones del Gobierno se van a cumplir, y aunque admitió que el consumo se puede ralentizar este trimestre con la subida del IVA, señaló que se notará sobre todo en los bienes de consumo duradero, y se mostró convencida de que el gasto de los hogares "en todo caso se normalizará en el cuarto trimestre". Insistió además en que el Gobierno no contempla ninguna caída trimestral del PIB en todo el año.