Un paso más hacia la privatización y uno menos hacia la recuperación de todas las ayudas. El Gobierno vendió ayer el 7% de Bankia que puso el lunes en el mercado por 4,06 euros por acción, un 2,71% por debajo del valor de los títulos al abrir la bolsa. En consecuencia, las acciones bajaron un 2,4%, hasta los 4,073 euros. El Estado ingresará 818,3 millones de euros, unos 26,6 millones menos de lo que valía el paquete accionarial en el mercado antes de lanzar la operación.

Los descuentos son habituales en estas transacciones, ya que la venta se ha ejecutado mediante una subasta acelerada a inversores profesionales, que exigen una rebaja para comprar los títulos al vendedor en lugar de en bolsa. El recorte ha sido inferior al 4,43% de la anterior privatización parcial de Bankia de febrero del 2014 y la demanda, mayor (2,32 veces la oferta, frente a 1,8 veces entonces).

Sin embargo, en aquella ocasión la bolsa estaba más alta y el Estado ingresó 1.360 millones, con 136 millones de plusvalías. Ahora se ha apuntado unas minusvalías de unos 70 millones respecto al valor que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) da a su participación en el banco. Con esta venta, el Estado han recuperado ya 2.656 millones en ayudas, un 11,8% del total, a los que el banco agrega los 5.000 millones devueltos a preferentistas y minoristas de la salida a bolsa del 2011. Pero de repetirse en el futuro, el precio de venta no permitirá recuperar los 22.424 millones inyectados, ya que debería ser en torno a un 150% superior para lograrlo.

Pese a ello, el Gobierno ha decidido dar el paso para ir avanzando en una privatización que debe completar antes del cierre del 2019 (salvo cambio legal que puede aprobar el propio Ejecutivo). También para aumentar la liquidez del valor (porcentaje de acciones que cotizan libremente en el mercado o free float, que pasa al 39,37%), lo que aumenta su atractivo para los grandes inversores. El FROB lo ha encuadrado en un paso en la «senda de normalización completa de la entidad».

Para el presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, la privatización es el «único elemento que falta para normalizar el proyecto y asegurar su profesionalización en el futuro». El ejecutivo siempre ha defendido que se venda Bankia en el mercado, en lugar de a unos de los competidores que están al acecho.

Tras esta venta parcial, la participación del Estado en Bankia bajará al 60,63%, si bien en unas semanas subirá al 60,93%, una vez cerrada la fusión de la entidad con el otro banco nacionalizado, BMN. El Estado ha pactado con los compradores, principalmente inversores extranjeros, no vender un nuevo paquete en los próximos dos meses.

En una nota, el FROB argumentó que la operación «reactiva» el proceso de privatización «requerida por la normativa» y defendió que el rescate del 2012 «en su momento logró su objetivo prioritario de estabilización y protección de los depositantes».