El mercado no reconoce ni presta atención a los indicadores económico, que son buenos. Estamos ante una cortina de humo gigante que les impide ver la realidad". La descripción de la actual situación que realizaba ayer el director general de La Caixa, Juan Maria Nin, explica en parte el duro castigo al que los inversores sometieron ayer a los valores bancarios europeos, pero especialmente a los españoles. El Ibex 35 registró la tercera mayor caída del año al retroceder el 5,45%.

El fin del programa extraordinario de financiación a un año del Banco Centra Europeo (BCE), que obliga a las entidades financieras --a todas las de la zona euro-- a retornar 442.000 millones de euros este mismo jueves, puede interpretarse como la gran cortina de humo a la que se refirió Nin. Incluso algo más densa de lo habitual después de que el diario británico Financial Times explicara ayer, que los bancos españoles acusan al BCE de "absurdo comportamiento" por no renovar el esquema de financiación. Lo que da a entender que pueden necesitar más que otras entidades europeas esa fuente de financiación.

La realidad, una vez más, parece ser otra: "La banca española no tendrá ningún problema para devolver los créditos al Banco Central Europeo. Y la política de financiación de la autoridad monetaria es la adecuada", explicó ayer Nin. Ese planteamiento fue refrendado por otras voces en el sector. "Hay subastas semanales del BCE", recordaron fuentes de otra caja de ahorros.

USAR LA FACILIDAD En este sentido, la Asociación Española de Banca (AEB) precisó que los bancos españoles se limitan a hacer uso de las facilidades abiertas por el BCE y "aportan colaterales elegibles de calidad de acuerdo con las normas establecidas". La patronal bancaria reconoce que el sector se enfrenta a graves dificultades de liquidez. "Se trata de un problema general de los mercados de financiación europeos, que no está funcionando correctamente, y esto está afectando a todas las entidades financieras de la zona euro".

De los 692.289 millones de euros que el BCE tiene prestados a toda la banca europea hasta mayo, solo 97.566 corresponden a las entidades españolas, lo que da una idea de que no son las que con mayor profusión han acudido a la financiación del BCE. Ayer mismo, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, insistió en la solvencia de las cajas y los bancos españoles y avanzó que España pedirá en el Ecofin que tendrá lugar el próximo 13 de julio que se acelere la publicación de los stress test --pruebas de resistencia-- de las entidades financieras.

ACABAR CON LA ESPECULACION Salgado destacó que España "desea que los tests se hagan públicos lo antes posible" para acabar con las especulaciones que se producen en los mercados sobre la debilidad del sistema financiero. No obstante, reconoció que al BCE no le gusta que los gobiernos de los países de la UE "les digamos lo que tienen que hacer".

En todo caso, las tensiones no solo se notaron ayer en el mercado de renta variable. La deuda soberana española se vio sometida a una mayor presión a falta de dos días de que se celebre una importante subasta de bonos a cinco años. El diferencial del bono español a 10 años con el alemán subió a 206 puntos básicos, su mayor nivel en una semana. En la primera quincena de julio el Tesoro debe hacer frente a cuantiosos vencimientos. 24.663 millones de euros, 16.164 millones en bonos. Desde Economía se señaló que el Tesoro no necesitará acudir al mercado para afrontar los vencimientos.