La inflación pegó un bajón impresionante en septiembre. El índice de precios de consumo armonizado (IPCA) bajó del 3,8% de agosto al 3%, el nivel más bajo de la legislatura, según el dato anticipado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En enero, la inflación llegó al 4,2%. Si el índice general de precios de consumo (IPC), que se conocerá el 11 de octubre, baja también hasta esta cifra --desde el 3,7% de agosto, una décima menos que el IPCA-- será el mayor descenso en la historia reciente del IPC.

El Ministerio de Economía atribuye esta evolución al descenso de los precios de los carburantes y, en menor medida, a la mejor evolución de algunos alimentos, especialmente, el aceite.

El departamento que dirige Pedro Solbes confía en que, a final de año, la inflación se situará "más cerca del 3% que del 4%", siempre que la cotización del petróleo no vuelva a dar noticias desagradables, como sucedió en agosto, cuando el barril de Brent alcanzó el máximo histórico de 78,64 dólares. En los últimos días cotiza sobre los 62 dólares, unos 15 dólares menos por barril que hace un mes.

REBAJAS SEÑALADAS Este descenso de la materia prima se ha empezado a notar desde principios de septiembre en las gasolinas, de ahí el anunciado descenso del IPC, ya que en el mismo mes del año pasado subieron el 4,2% en relación al mes anterior. Tras registrar subidas anuales de casi el 20% en el 2006, los carburantes y combustibles se aproximan a los precios de hace un año. Algo parecido está pasando con el aceite. La mala cosecha de aceituna ha elevado el precio del aceite un 20% en tasa anual.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su satisfacción por la evolución de los precios. Se mostró convencido de que la inflación "va a ir a mejor" y de que el año que viene estará por debajo de los porcentajes actuales, lo que, según dijo, repercutirá favorablemente en las empresas y en todos los ciudadanos.

El primer beneficiado de la corrección de la inflación puede ser el Gobierno. Si persiste la tendencia, al Estado le costará mucho menos compensar a los pensionistas por el desvío de la inflación frente a la subida inicial de las pensiones del 2%. La paga extra se calcula a partir del dato del IPC de noviembre. Una caída de ocho décimas en la inflación, supone que al Estado le costaría 1.120 millones menos compensar a los pensionistas. Se calcula que cada décima de desviación del IPC supone un desembolso de 140 millones de euros.

"NO ES MERITO DEL GOBIERNO" El portavoz del PP en temas económicos, Miguel Arias Cañete, consideró que la desaceleración hasta el 3% de la inflación "no es mérito del Gobierno", sino del "cambio drástico" de la situación internacional que ha hecho bajar el petróleo. Arias Cañete celebró el "respiro", pero dijo que "no se puede confiar en escenarios favorables de bajadas del precio de la energía y de efectos escalón para solucionar el problema". Desde IU, Javier Alcázar, recordó que el IPC sigue por encima del de los socios europeos, y pidió al Ejecutivo que no sea "triunfalista", porque "hasta ahora no ha sabido controlar la inflación".