El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, dio ayer por superada la causa de la última turbulencia financiera, las dudas sobre las finanzas de Hungría. "La situación en Hungría no me inquieta" declaró ayer en sendas emisiones internacionales de TV5 Monde y RFI. "Ha habido declaraciones imprudentes de ciertos dirigentes", añadió antes de apelar a la necesidad de una "cierta disciplina verbal" por parte de los líderes europeos. "Toda frase mal reflexionada da lugar a movimientos irracionales", advirtió Juncker en vísperas de la reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro.

En relación a la depreciación del euro, el presidente del Eurogrupo manifestó que no se siente "preocupado" por su nivel, sino "sorprendido" por la rapidez de la caída.

En su reunión mensual --hoy, en Luxemburgo-- los ministros de la eurozona examinarán si el último plan de ajuste del Gobierno español para el 2010 y el 2011 es suficiente para acelerar la consolidación fiscal y frenar el contagio a España de la crisis de la deuda pública que afecta a Grecia y a Hungría. También examinarán el plan de Portugal. En todo caso, la Comisión Europea no publicará hasta el 15 de junio el análisis de todo el programa de consolidación fiscal de España y Portugal para el conjunto del periodo 2010-2013.

Juncker insistió ayer en la necesidad de una agencia calificación europea. "Una moneda única y una zona económica única requieren una agencia de calificación", añadió tras denunciar "los métodos poco transparentes" de las agencias anglosajonas existentes en la actualidad.