La bolsa española no acaba de encontrar la salida del pozo. La semana ha terminado de la peor manera posible: mínimo anual de cierre y nivel similar al de principios de agosto del 2006, afectada por el alza del precio del crudo, el mal comportamiento de los bancos y la subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE).

El principal indicador, el Ibex 35, perdió esta semana el 2,75%, hasta 11.765,90 puntos. Tras cerrar el lunes el peor semestre desde 1990, el selectivo no invirtió la tendencia y perforó esta semana la barrera de los 12.000 puntos, con lo que acumula en lo que va de año un retroceso del 22,50%. Tampoco fue buena semana para los parquets europeos: con el euro a 1,57 dólares, París cayó el 2,99%; Milán, el 2,41%; Fráncfort, el 2,33% y Londres, el 2,12%.

Y es que han sido demasiados datos negativos: el barril de Brent volvió a marcar su máximo histórico (146,69 dólares), los bancos no aguantaron la embestida (perjudicados por la publicación de un informe negativo de Goldman Sachs), el paro aumentó en junio en 36.850 personas y el Gobierno prevé que la economía crezca por debajo del 0,3%, sin olvidar el aumento de los tipos hasta el 4,25%. Quedó el consuelo de que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, apuntó que esta subida podría ser suficiente para controlar la inflación y, por lo tanto, no habría necesidad de subir los tipos en los próximos meses.

Solo cuatro compañías cerraron la semana en positivo: Telefónica, que avanzó el 3,04%; Iberdrola, que subió el 1,89%; e Indra y Grifols, ambas con una ganancia del 0,61%. Las pérdidas estuvieron protagonizadas por Iberia, que retrocedió el 21,97% afectada por el encarecimiento del petróleo, seguida por Sacyr, que se dejó el 15,96%, y Abengoa, que cayó el 14,19%. OHL debutó en el selectivo con un retroceso del 11,40% (19,89 euros por título). Entre los grandes valores, el BBVA se dejó el 3,32%; el Santander cayó el 2,99%, y Repsol, el 2,34%.