Las monedas de euro se están utilizando de forma regular en las transacciones en los principales destinos turísticos fuera de la Unión Europea. Los turistas procedentes del Viejo Continente pueden pagar sus compras con billetes y, sorprendentemente, con monedas de euro en los países con divisas más débiles. Este fenómeno podría tener efectos positivos para la inflación en Europa, ya que se reduce el volumen de dinero en circulación en la zona euro, pero de momento el Banco Central Europeo todavía no ha realizado ningún informe sobre el asunto, aunque la institución económica europea considera que la apreciación internacional del euro "debería contribuir a contener las presiones sobre los precios".