Los países grandes y pequeños de la zona euro se enfrentaron anoche en una dura batalla en el Eurogrupo (Consejo informal del euro) por el reparto del poder en la cúpula del Banco Central Europeo (BCE), a raíz del relevo del representante español en el comité directivo de la institución, Eugenio Domingo Solans. La reunión concluyó sin acuerdo y los ministros decidieron aplazar la elección hasta el 24 de marzo, la víspera de la cumbre europea de Bruselas, donde debe formalizarse el nombramiento.

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, defendió la elección de Jose Manuel González- Páramo, con el respaldo de Alemania, Francia e Italia, frente a los candidatos de los países pequeños: el belga Peter Praet y el irlandés Michael Tutty. La posible candidatura de Rato al puesto de director general del Fondo Monetario Internacional ha introducido un nuevo factor que complicará aún más la decisión.

EL DERECHO España, Alemania, Francia e Italia intentan aprovechar la elección para establecer de hecho el derecho de cada país grande a disponer de un puesto permanente en el comité ejecutivo del BCE. Así, el principio de rotación sólo se aplicaría a los dos puestos restantes para los países pequeños. El directorio está formado por seis miembros, incluido el presidente de la institución, y asegura la gestión diaria del BCE.

Domingo Solans, cuyo mandato expira el 31 de mayo, es de facto el primer relevo del representante de un gran país, ya que Francia tenía asegurada la presidencia del BCE cuando aceptó estar un año fuera del directorio a la espera de la jubilación de Wim Duisenberg. Por ello, el relevo de Solans tiene un carácter emblemático de cara al futuro.

Rato rechazó plantear la cuestión en términos de pugna entre pequeños y grandes e insistió en que se trata de una decisión basada en la competencia de cada candidato para el cargo.