Expertos en la gestión, comercialización y producción de la caza mayor analizaron ayer en el marco de la XXVI Edición General-Espacio Alternativo que se celebra en Feval hasta mañana, la situación actual de esta actividad cinegética en la región. Entre los datos más destacables que se ofrecieron, destaca la cifra de cerca de 33.500 piezas de caza mayor que fueron faenadas y comercializadas por las salas de tratamiento de carne de caza existentes en la región durante la pasada campaña 2002-2003.

Exactamente fueron 23.610 cérvidos y 9.794 jabalíes, unas cifras ligeramente inferiores a las registradas en la campaña 2001-2002, en la que se comercializaron desde Extremadura 36.900 piezas de caza mayor --26.953 cérvidos y 9.948 jabalíes--.

De la última campaña, también se aportaron datos de decomisos por diferentes enfermedades. Por triquinellosis se registraron 29 casos en jabalíes y ninguno en ciervos; por tuberculosis 333 en ciervos y 199 en jabalíes y por hidatiosis hubo 2 casos en ciervos y 77 en jabalíes.

REACTIVAR EL CONSUMO

Según expresaron varios de los participantes en la mesa redonda, una de las claves es reactivar el consumo de carne de caza, para lo que se propuso reeducar a los consumidores en la idea de que este tipo de carne es buena. Así lo manifestó por ejemplo Luis Muñoz, de Agexcaza.

Por su parte, María Teresa González, de Aprocnex, indicó que la caza hay que considerarla como una actividad económica y subrayó la necesidad de profesionalizarla en todos los aspectos.

Por último, el Jefe del Servicio de Seguridad Alimentaria y Salud Ambiental de la Junta de Extremadura, Jesús M. Gómez, informó que actualmente en la región existen dos salas de tratamiento de carne de caza registradas con actividad, las cuales están ubicadas en Villanueva de la Serena y Alcántara. Asimismo, dijo que hay siete centros de recogida distribuidos por toda la comunidad autónoma.

Este también aseguró que las piezas abatidas en las actividades de caza mayor son destinadas a comercialización en un porcentaje superior al 70 por ciento, observándose un descenso paulatino de las cacerías para autoconsumo que cada año son menos numerosas.

Asimismo, hizo referencia a que además de las piezas cobradas en la región extremeña, en las salas de tratamiento de caza de la región también se inspeccionan, faenan y comercializan un importante número de animales abatidos en cacerías de comunidades limítrofes.