LA OPERADORA deberá indemnizar con unos 60.000 euros a un empresario de Barcelona al que incluyó en el registro de morosos por una supuesta deuda con la empresa, de la que no era cliente. Los problemas para lograr un crédito le causaron infarto y depresión. La sanción prevé 18.000 euros por daño moral y 42.000 por daño material.