Las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales siempre han gozado de "excesiva libertad" por no decir de cierto "descontrol", a juicio del Ministerio de Trabajo. Su reciente inclusión en el sistema contable de la Seguridad Social, la aplicación de un riguroso código de conducta y el aviso a navegantes que supuso la intervención policial a la barcelonesa Mutua Universal han dado como resultado la devolución al Seguro de 1.500 millones de euros. Una cantidad que paradójicamente ahora aseguran que les sobra.

El secretario de Estado para la Seguridad Social, Octavio Granado, decidió en el 2004 aplicar en esta legislatura duras medidas de control a las mutuas. Los resultados permitirán al Seguro bajar de nuevo este año un 4% las cotizaciones que pagan las empresas por accidente laboral y enfermedad profesional, lo que supondrá un ahorro de 350 millones para los empresarios.

Esta ventaja para la competitividad de los sectores obedece a que las mutuas han devuelto al Seguro una primera partida de 60 millones que estaban utilizando para actividades privadas. La Seguridad Social las obligó en el 2005 a separar los servicios de prevención de los encomendados como gestoras públicas.

SOCIEDADES ANONIMAS El propio Tribunal de Cuentas criticó "la gran confusión de patrimonios y servicios que existe a costa de la Seguridad Social". En consecuencia, más de 7.000 trabajadores de las mutuas han pasado a las sociedades anónimas que tuvieron que crearse para ejercer las actividades privadas por la decisión del Seguro.

El siguiente paso fue la aplicación de un código de buenas prácticas que todas las mutuas firmaron voluntariamente. Fuentes del sector señalan que, a cambio de aceptar este código, la Seguridad Social prometió hacer tabla rasa con antiguas irregularidades. Las nuevas prácticas exigen más transparencia y excluyen cualquier actuación que atente contra el patrimonio del Seguro, vulnere la separación entre empresas privadas de prevención y los servicios de gestión pública, o financie actividades ajenas a sus fines.

El código también tuvo su efecto. Las mutuas tienen obligación de ingresar en dos fondos públicos parte de los excedentes de las cuotas cuando rebasan un tope. Pero, esto apenas sí sucedía antes, como si nunca hubieran existido esos excedentes.

Desde que en septiembre del 2006 se aplicó el código, las mutuas han pasado de no declarar excedentes por las cuotas de incapacidad temporal para el fondo de reserva de la Seguridad Social a ingresar 289 millones en estos tres últimos años.

También las dotaciones que hacían al fondo de prevención y rehabilitación han pasado de 140 millones en la anterior legislatura a 1.195 millones en esta. En total, la Seguridad Social ha logrado recuperar 1.500 millones de superávit de cotizaciones que hasta ahora las mutuas no devolvían.

Según Trabajo, la mejor manera que tenían para no rebasar los límites de sus excedentes era aumentando los gastos. Se sabe que ha habido casos de retornos ilegales de las cuotas que han pagado ofreciendo reconocimientos médicos gratis o utilizando facturas falsas como las que detectó la fiscalía anticorrupción en el caso de Mutua Universal. Esta intervención ha sido un revulsivo para el sector.