Esta vez, las encuestas no se equivocaron. El PP ha perdido la mayoría absoluta en Baleares y se abre un horizonte de pactos donde Unió Mallorquina (UM) recupera su posición de bisagra para dar el gobierno de la isla a los populares o a los socialistas.

El partido de Maria Antònia Munar, que se define de centro nacionalista y liberal, decidirá con sus tres diputados de un total de 59 si renueva su pacto con el PP de Jaume Matas o recupera el pacto progresista, que en 1999 aupó por primera y única vez en la historia a los socialistas de Francesc Antich al Gobierno balear. Este segundo escenario exige la concurrencia del Bloc per Mallorca, marca nueva configurada por PSM, EU, Els Verds y ERC, que ha retrocedido, y de formaciones de este espectro de Ibiza y Menorca --Eivissa pel Canvi y PSM-Els Verds--, todas ellas defensoras de la alianza progresista. Pese a liderar la opción más votada y crecer porcentualmente, la victoria se le ha quedado corta a Matas, que pierde poder territorial y no controla ni una de las instituciones más importantes. La negociación del Gobierno balear se desarrolla, a priori, sobre un tablero insular favorable al PSOE, el único partido que ha ganado en votos, en porcentaje y representación. Controla tres de los cuatro Consejos con aliados progresistas.

La socialista Joana Barceló seguirá gobernando en Menorca con PSM-Els Verds. Por 53 votos, la coalición PSOE-ExC ha desalojado del poder al PP en Ibiza, salvo que el recuento del voto emigrante el próximo miércoles haga mantenerse en el feudo conservador. Formentera estrenará esta legislatura Consejo propio y será progresista.

CONSEJO DE MALLORCA Al igual que la inclinación del Parlamento, UM decidirá el color del único Consejo abierto, el de Mallorca, donde los socialistas han subido dos escaños a costa del Bloc y el PP ha mantenido sus 16. En 1999, Munar se inclinó por el Pacto de Progreso y en el 2003 por el PP, pero con el condicionante de la mayoría absoluta de Matas en el Parlamento y de Aznar en Madrid. Ahora, nadie controla la Cámara y el Gobierno central lo preside el socialista Zapatero. Por primera vez en la historia, podrían coincidir en el tiempo ejecutivos progresistas en la administración central y autonómica. La socialista Aina Calvo, por su parte, no acepta ceder la alcaldía para gobernar Palma, donde el PP ha perdido la mayoría absoluta.