La mayoría del PP vasco, el 82,3 %, respaldó ayer al vizcaíno Antonio Basagoiti como su nuevo presidente, pero el sector crítico, que ha conseguido una notable integración en el comité ejecutivo, esperará acontecimientos para darle su plácet. Porque a pesar de reconocer los esfuerzos de Basagoiti por cerrar las heridas, hasta el punto de que apostó por mantener a María San Gil en los órganos directivos, los más fieles a la expresidenta hicieron notar su disgusto.

Lo expresaron con 61 votos en blanco, frente a los 284 que apoyaron la candidatura de Basagoiti, y con una deserción patente en el acto de clausura, que contaba con las intervenciones del nuevo líder y del presidente nacional, Mariano Rajoy.

Por primera vez en semanas, Rajoy mencionó públicamente el nombre de quien ha sido un icono del PP. De hecho, durante su viaje de hace apenas nueve días a Euskadi para apuntalar la figura de Basagoiti, ni siquiera la mencionó. Ayer, sin embargo, declaró el "eterno agradecimiento" de los populares al trabajo realizado y subrayó que la del PP es "la casa de María". En realidad, estando ausente, San Gil consiguió continuar siendo protagonista en la segunda jornada del Congreso. Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre y también Javier Arenas le dedicaron encendidos elogios, hasta el punto de que la presidenta de la Comunidad de Madrid llegó a decir que la "primera obligación" de la nueva dirección del PP vasco es que San Gil "se identifique" con la línea política. La presidenta de Guipúzcoa, María José Usandizaga, dedicó una sentida alusión a San Gil y el propio Basagoiti le prometió que "siempre" la tendrá en cuenta.

NO HAY GIROS Cualquier alusión a la expresidenta fue respondida con aplausos en la sala --algunos inducidos por sus incondicionales--, lo mismo que su mención como miembro "nato" del comité ejecutivo dada su condición de parlamentaria en Vitoria. No obstante, cuando formalice la dimisión en la Cámara, Basagoiti le ofrecerá un puesto en la ejecutiva, ya que se ha reservado uno de los cinco nombramientos que puede efectuar en calidad de presidente.

Rajoy quiso tranquilizar al nuevo líder del PP vasco sugiriéndole, indirectamente, que no esté tan pendiente de quienes le han dado ahora la espalda.

Pero lo cierto es que Basagoiti se centró, con insistencia, en dejar claro que tiene "la mano tendida" a quien esté dispuesto a "sumar por la libertad". Declaró que en el PP vasco no hay giros, que "se evoluciona" desde la coherencia con unos principios y que de las crisis "se puede salir fortalecido". Basagoiti fijó el reto del PP en las autonómicas.