Valencia El presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, acusado del delito al parecer de moda, "cohecho impropio", defendió ayer con vehemencia en el Parlamento autonómico su inocencia. "Yo no sería el foco de atención si fuera un presidente incapaz de ganar unas elecciones o esta fuera una comunidad de tercera", afirmó el líder conservador. Camps sostuvo que acusarle de cohecho impropio (igual que el Partido Popular hace ahora con el presidente del Congreso de los Diputados, el socialista José Bono) es solo un "atajo" para echarle del Gobierno valenciano. "No pueden ganarme si no es fuera de la urnas", presumió el dirigente valenciano.